miércoles, 8 de agosto de 2012

Las tres restauraciones por Bernardo Stamateas

1 Crónicas 4: 9 dice. "Jabés fue más importante que sus hermanos. Cuando su madre le puso ese nombre, dijo: "Con aflicción lo he dado a luz". Jabés le rogó al Dios de Israel: "Bendíceme y ensancha mi territorio; ayúdame y líbrame del mal, para que no padezca aflicción". Y Dios le concedió su petición".
Todos los seres humanos usamos máscaras, son actitudes que usamos para escondernos de los demás, somos expertos en usar máscaras. Usamos una máscara porque tenemos miedo al rechazo; todos los seres humanos tenemos miedo en algún momento de la vida, que alguien en particular nos rechace. Entonces, como tenemos actitudes que nos dan vergüenza que los demás descubran, las tapamos con las máscaras.
Tenemos tres tipos de máscaras
Primero las máscaras ocasionales: son las que usamos en un momento y luego nos las sacamos de encima, por ejemplo: vamos a una fiesta y nos ponemos una máscara, o estamos hablando con gente de dinero y nos hacemos nosotros los que tenemos plata también, o estamos en determinado lugar o vamos a la iglesia y nos hacemos los súper espirituales y al salir nos sacamos rapidito las máscaras. Máscaras ocasionales.
Después están las máscaras para tapar un área, son las máscaras que usamos para tapar un rol que tenemos, por ejemplo, mostrarle a todo el mundo que somos buenos papás, o mostrarle a todo el mundo que somos trabajadores, o mostrarle a todo el mundo que somos espirituales o que somos gente buena, es para tapar un área de nuestra vida.
Y en tercero está la gente que usa las máscaras para tapar toda su vida, es lo que Jesús habla tanto en la Biblia del hipócrita.
El hipócrita no es el que tapa ocasionalmente, no es el que tapa un área, es el que tapa toda su vida, su vida es una mentira. Justamente se llama hipócrita porque el que inventó el teatro griego, el que lo organizó, fue Hipócrates, hipócrita quería decir actor, o sea un buen actor era un buen hipócrita, un buen actor era el que lograba convencer al otro del rol que le estaba mostrando. Todos nosotros usamos máscaras o máscaras ocasionales.
Por ejemplo, usamos máscaras ocasionales cuando estamos con la gente joven, entonces nos ponemos mascaras. Traje la mascara de mi papá también. Como esta Leo lo de Emaus leo, veo que se viene algo grande.

Las máscaras dan risa, cada vez que nos ponemos una máscara los demás se ríen, vos imaginate que te ponés una máscara, te empieza a dar risa; caminás por un lado la gente se ríe; y de pronto querés sacarte la máscara, ya te cansaste, pero resulta que la máscara se te pegó; quiero que te imagines eso, se te pega y no te la podés sacar y tenés que ir a trabajar, tenes que estar con la familia, para festejar el año nuevo, entonces empieza a suceder que lo que te daba risa ahora empieza a molestar, empieza a generar malestar, porque eso es lo que hacen las máscaras. Las máscaras nos ocultan por un tiempo, dan risa a los demás, pero luego terminan trayendo dolor. Las máscaras necesitan de más máscaras porque cuando vos te pones una máscara después necesitás otra máscara para sostener la máscara anterior. Los primeros que usaron la máscara fueron Adán y Eva cuando ellos desobedecieron a Dios; dice que se pusieron una máscara de hojas de higuera. Los primeros que se disfrazaron de higuera fueron Adán y Eva, se pusieron las máscaras porque tuvieron miedo. Cada vez que yo tengo miedo voy a usar una máscara. El miedo al rechazo es la plataforma que hace que yo use una máscara ¿Por qué la uso? para tapar algo de mí que tengo miedo que si los demás descubren me van a rechazar. Digan: Miedo me lleva a usar máscaras para que no vean en mi algo que yo creo que si los demás ven me van a rechazar. Cuando yo siento que tengo un defecto, que tengo una desnudez. ¿Que hicieron Adán y Eva? "Tuve miedo me escondí porque estaba desnudo". Cuando yo veo que tengo un área desnuda, algo que me va a rechazar de parte del otro, entonces yo lo voy a cubrir. El problema no es la máscara, la máscara es la realidad, un banco de niebla para tapar lo que yo no quiero que los demás descubran. Entonces cuando Dios viene a Adán y Eva ¿qué les dice?

Primer lugar
Cuando Dios viene a tu vida lo primero que va a hacer es sacarte las máscaras porque cuando Dios viene a tu vida no viene a condenarte, viene a estar contigo. Dios le dice ¿Dónde estás? no le dijo a Adán y a Eva ¿Qué hiciste? eso te lo dicen los religiosos, pero cuando Dios viene a tu vida no viene a señalarte con el dedo viene a decir que donde estás, yo quiero estar contigo, viene a sacar hojas de higuera para decirte yo te voy a abrazar con mi gloria porque yo no vengo a condenarte, yo vengo a restaurarte, vengo a abrazarte, yo quiero estar contigo.
No necesito máscaras porque Él me conoce como soy, el día que yo acepte mis errores y mis defectos no necesitaré usar máscaras, porque el error de las máscaras ¿cuál es? no quiero que vean mis defectos. Tenemos que aceptar que tenemos errores. Cuántos vieron los carteles de "Buenos Aires trabaja"; Dios trabaja también, te puso un cartel en la cabeza que dice: "Espíritu Santo trabajando". Por cuanto Dios nos está trabajando no necesito máscaras.
Dice que Adán y Eva se vieron desnudos, se les abrieron los ojos de la carne que te hacen ver la desnudez de los demás, pero los ojos del espíritu te hacen ver que Dios está trabajando en ellos. ¿Cuáles ojos son los que se han abierto en tu vida?. Hay personas que tienen los ojos para juzgar a todo el mundo, para desenmascararle la desnudez, para señalarle los pecados, para mostrarles la falla a los demás. Pero otros hemos cerrado esos ojos y hemos abierto los ojos del Espíritu Santo, porque estamos viendo que Dios está trabajando, restaurando, que poco a poco nos está sacando los baches, nos está haciendo asfalto nuevo, nos está acomodando los jugadores, porque los ojos de la carne miran la desnudez de los demás, pero los ojos del espíritu miran a Dios restaurando. Cuando tengas los ojos del espíritu abiertos no necesitarás más máscaras porque dejarás de juzgar a los demás.
Dios va a restaurar tres áreas. Cuando Dios nos saca las máscaras, las hojas de higueras que nos hemos puesto, y aceptamos que tenemos errores, que tenemos defectos, entonces Dios puede empezar a trabajar. Dice que el Señor les sacó las hojas de higuera y mató un animal y los cubrió con piel. Ese animalito muerto era símbolo del sacrificio de Jesús; porque cuando el Señor viene, te saca las hojas de higuera y te abraza y te dice yo voy a estar contigo siempre.
Vamos a cerrar este año y Dios va a restaurar tres áreas en nuestra vida.
  1. En el día de hoy, Dios va a restaurar mi niño interior.
Todos los que estamos presentes necesitamos activar nuestro niño interno. Jesús dijo: si no se vuelven como niños no van a entrar al reino: Jesús estaba diciendo que todos los seres humanos tenemos un niño interno que tenemos que mantener sano. Es ese niño la capacidad de divertirme, de jugar y de reír. Dios va a restaurar la capacidad de reír, divertirme, jugar, otra vez.
Jabés nació, la mamá le puso "Jabés" que quiere decir dolor, pero Jabés transformó su dolor en dolores de parto. Jabés dijo: Si yo traje dolor, voy a cambiar mi dolor para que nazca algo nuevo en mí. Y él dijo: "Bendíceme". Bendíceme es una oración que hacen los niños; bendíceme quiere decir, dame la capacidad de reír de divertirme y de jugar. Todo el dolor que has pasado en este año tenés que cambiarlo en dolores de parto, tiene que nacer algo bueno de todo lo que hemos sufrido, tiene que nacer algo bueno de todos los dolores vividos. Jabés dijo: ¡Sí! mi infancia fue dolorosa pero yo voy a parir cuatro cosas nuevas en mi vida y dijo: "Bendíceme, ensancha mi territorio". Y cuando los hijos de Jabés le preguntaban "Papá ¿cómo es que tenés esta casa nueva? ¡ah! esta casa nueva la tengo porque yo sufrí mucho. ¿Y cómo es papá? yo sufrí mucho pero tomé ese dolor y lo parí, lo hice dolor de parto y ahora tengo esta casa nueva. Dios va a bendecir todos tus dolores, serán cambiados en bendiciones materiales, porque Dios va a restaurar nuestra capacidad de reír, divertirnos y jugar. Jesús dijo: "Si no se vuelven como niños, no van a entrar al reino", o sea, al reino, a las bendiciones se entra divirtiéndose. Si vos querés entrar a un lugar tenés que entrar como un niño. Al año que viene vamos a entrar como niños, divirtiéndonos, riéndonos y jugando. Al trabajo nuevo vas a entrar divirtiéndote, a los proyectos nuevos vas a entrar riéndote, porque dice la Biblia: "Entrad por las puertas con acción de gracias", con gozo y alabanza, porque cuando uno restaura su niño interno, donde entra, entra con gozo, alegría. Y hoy entramos al año nuevo con gozo, alegría y diversión. Cuando yo cambio mi presente cambian los recuerdos de mi pasado. Leí que los recuerdos de nuestro pasado que nuestra mente selecciona, son de acuerdo al presente que vivimos. Si vos sanas tu presente, tu mente elegirá otros recuerdos, el pasado se puede cambiar si uno cambia su presente. Cuando uno mejora su presente la mente rediseña los recuerdos que tuvimos y empiezan a aparecer aspectos que nosotros no habíamos seleccionado. Por eso Jabés dijo: "Bendíceme Señor, yo pasé dolor pero ahora dame bendición, restáurame, yo quiero ser un niño que se divierta, que ría". Hay gente que durante todo este año su niño estuvo lastimado, no pudieron reír, no pudieron divertirse. Pero hoy vamos a cerrar el año y le vamos a pedir al rey de la vida que lo sane. Tu infancia fue difícil, pero tu niño interno hoy será sanado por el Señor y Dios te va a dar otra vez la capacidad de reírte, de divertirte, para que tu matrimonio mejore, para que tu paternidad mejore, para que tu trabajo mejore, se tiene que restaurar la capacidad de niño que todos tenemos. Reír, divertirse o jugar.

Deuteronomio 28:47 dice: "Porque no serviste al Señor con gozo y alegría cuando tenías todo ahora sufrirás hambre, sed y desnudez y serás esclavo y te pondrán yugo de hierro". Cuando nació Moisés faraón mandó a matar a todos los niños; el diablo quiere matar tu capacidad de niño. Cuando Moisés sacó a Israel de Egipto faraón le dijo: "Váyanse de Egipto, pero a los niños los dejan acá", eso es símbolo de que el diablo no quiere que tu capacidad de reír, de divertirte, sea restaurada, pero hoy vamos a cerrar este domingo restaurando nuestra capacidad de reír, divertirnos y jugar. El niño pide disculpas y sigue, no atesora rencor, olvida. Cuando una persona tiene su niño sano, esa persona perdona rápidamente. Los chicos juegan, se matan, y a los cinco minutos son amigos de nuevo, Dios nos va a restaurar la capacidad de perdonar rápido, de volver a jugar, de agarrarnos a trompadas y a los cinco minutos estar adorando juntos otra vez.

Ser niños. No se enseñó en las iglesias la importancia de reír, divertirse y jugar, pero sabés, cuando Jesús mandó a los setenta les dijo: Vayan, sanen enfermos, echen demonios, resuciten los muertos. Los setenta se fueron; cuando volvieron Jesús dijo: "Gracias Padre porque las cosas de la revelación se las revelaste a esta gente que son como niños". Pastor, ¿como hacés para que te caiga revelación? andá y divertite, jugá, mirá al que tenés al lado, mostrale los dientes, los que están y los que faltan, decíle tenés que restaurar tu niño, volver a reír otra vez para que Dios te dé revelación. Padre ayudame, mostrame la salida; no te la va a mostrar tenés que activar tu niño. ¿Cuántos niños estamos hoy acá? Se va a restaurar nuestra capacidad de reírnos otra vez. Jesús dijo: ¡Dejad a los niños venir a mí! no dijo apaciblemente "Dejad a los niños venir a mí" no fue así, fue con enojo, porque Jesús estaba en Jerusalén, iba para la cruz y había muchos pibes que se le acercaban al Señor y los discípulos los echaban, ¡Salí pibe! y dice el texto que Jesús los mira a los discípulos enojado ¡¡Dejad a los niños venir a mí! ¡No se lo impidáis!! porque de ellos es el reino. Hay un símbolo, tu niño tiene que acercarse al Señor. Jesús hacía tres cosas con los niños:

Primero los abrazaba. Dios te va a dar todo el cariño que no te dieron en la infancia. Dios va abrazar tu infancia, va abrazar tu niño interno y te va a dar el afecto y el cariño que mamá y papá no te dieron. Dice que los bendecía. Dios te va a dar las palabras de motivación que no te dieron. Pastor, pero mi infancia pasó, pero el niño que está dentro sigue vivo y a ese niño Dios le va a dar palabra para que vuelva a reír, divertirse, jugar.
Segundo les imponía las manos; porque cuando se imponían las manos se transfería poder espiritual. ¿Saben quiénes son los que van a lograr mayores cosas para Dios? los que hayan restaurado su capacidad de niño, sus mejores oraciones y adoraciones salen de los niños. Cuando Jesús entra a Jerusalén, dice que los niños gritaban ¡Hosanna!, los nenes alababan, porque adoración sólo adoran los niños. Si a vos te cuesta alabar a Dios es porque tu niño interno está lastimado y tiene cara de puchero, a mí me lastimaron y sufro mucho, Dios va sanar tu niño. Los fariseos dicen: Hasta a los niños les arrancó una alabanza. Y Jesús dijo algo que me voló la cabeza: "¿No habéis leído que la perfecta alabanza sale de la boca de los niños?". La mejor alabanza es cuando reís, te divertís y jugás con Dios. Ahí sale la mejor alabanza de tu boca.
  1. Segunda cosa que Dios va a restaurar: el adulto.
El niño juega, el adulto conquista.
El segundo rol que Dios va a restaurar es tu capacidad de conquistar, porque está bien jugar, reírse, está bien alabar, pero hay momentos donde Dios va a sanar tu capacidad de conquistar, de ir por más. Jabés dijo: "Bendíceme" pero después dijo: "Ensancha mi territorio". Donde hoy estoy no quiero vivir más, quiero que me ensanches, esa es la oración de los adultos, esa es la oración de los conquistadores que dicen: "Está bien, bendíceme para divertirme, pero ahora quiero más casa, quiero más dinero, más prosperidad, ensancha mi territorio, mi visión, mi caminar, mis fuerzas", esa es la oración de los conquistadores y vamos a terminar este año riéndonos, pero lo vamos a terminar conquistando más territorio. Cuando él dice: "Ensancha mi territorio" ¿qué está diciendo?, el territorio ya se había repartido, a Jabés no le había tocado nada, él está diciendo ¿cómo se va a ensanchar si ya fue repartido? Lo que Jabés está diciendo es: cuando alguien desprecie el suyo dámelo a mí. Dios te va a dar todo lo que la gente rechaza, te lo va a dar a vos. Cuando alguien venga y te diga: "Yo no creo en sanidad" vos mirá al cielo y decí: ¡dámela a mí! "Yo no creo que Dios me pueda dar un coche". Esa bendición queda para vos ¡dámela a mí! "Yo no creo en avivamiento masivo", a mí me lo han dicho como cincuenta pastores y a los cincuenta yo les dije ¡dámela a mí Señor! ¡Yo sí lo creo! "Yo no creo que podamos terminar el año en victoria" ¡dame la victoria de él a mí! yo sí lo creo.
¿Quiénes creen que podemos terminar el año en victoria, que vamos a entrar con gozo, que vamos a ver familias bendecidas y que todo lo que hagamos nos saldrá bien?
Cuando alguien te diga: Yo no creo que Dios pueda prosperar en las crisis ¡dámela a mí! porque dice la Biblia que Dios nos dará tierra deseable, te van a desear van a querer ser como vos. ¿Sabes qué era la tierra deseable? era la parcela de tierra donde echaban cualquier semilla y prosperaba. Cualquier promesa de Dios que te caiga encima va a traer prosperidad al ciento por uno. Jabés dijo: Mi mamá me dijo que yo era un infeliz, con dolor, pero vos ensánchame para que cuando mi mamá vea la tierra, se trague las palabras. Dios no le va a callar la boca a los que hablaron mal de vos, Dios te va a bendecir a vos para que cuando la gente vea tus resultados, tenga que tragarse sus palabras. ¡Ensánchame. Tu presencia está conmigo, bendíceme!
Y dice la Biblia que Jehová le dio lo que pidió.
  1. Lo tercero que Dios va a restaurar: la capacidad de paternidad.
El niño juega, el adulto conquista y el padre da. Dios nos va a restaurar la capacidad de paternidad. El padre es el que da, porque está bien jugar, divertirse, está bien conquistar, pero tiene que ser restaurada tu capacidad de dar, de formar, de cuidar a alguien. Te voy a mostrar algo que me enseñó el Señor. Yo soy Moisés, él es Josué, donde Josué iba, iba Moisés porque el mentor ¿qué hace? Sigue, cuida, entrena, lo sigue ¿dónde estuviste? ¿Qué hiciste? ¿Qué te pasó? ese es un mentor. El mentor te sigue ¿dónde estás? ¿Qué te gusta? Josué no formó a nadie y después vinieron los jueces, división, porque si a vos te forma alguien y vos no formás a nadie, se cortó la cadena. Ejemplo: David formó a Salomón, era su hijo, donde David iba, iba Salomón. Salomón vas a hacer el templo, Salomón vas a servir a Dios, Salomón vas a traer prosperidad. David formó a Salomón porque el padre entrena, sigue, imparte, bendice, cuida, llama, está encima, pero Salomón no formó a nadie y se dividió el reino. ¿Estás formando a alguien? ¿Estás siguiendo a alguien? llamándolo, cuidándolo, estándole encima. Otro ejemplo: Bernabé cuidó a Pablo, cuando Pablo era un loco, lo cuidó, le puso las manos, le dio vista, le dijo loco no seas tan loco, tratá bien a la gente, no mates a los cristianos, serví, trabajá. Bernabé estaba conectado con Pablo, éste un día llega a Éfeso, Turquía y encuentra a doce personas y los forma y cuando los forma se formó el cordón de tres dobleces y estos doce que Pablo formó unido a Bernabé, ganaron toda Asia para Cristo. Si vos tenés un mentor y sos mentor de alguien, Dios te va a dar ciudades y barrios enteros, tenés que tener un mentor y tenés que cuidar a alguien. Y a Jabés se le restauró la capacidad de paternidad porque Dios le dio un barrio con su nombre. Dios te va a dar un barrio. En ese barrio vivían los escribas, Jabés se transformó en un padre, porque está bien reír y divertirse, está bien conquistar, pero también se tiene que restaurar tu capacidad de llamar, de estar encima de alguien, de formarlo, de cuidarlo. Este año pasaron más de treinta mil personas por primera vez por este lugar, pero el año que viene necesitamos que haya más padres que gente que nos pase; porque si la gente viene pero no tienen un padre, se van. Yo soy padre de los pastores de área, los pastores de los líderes, de los discípulos, de otros, vos tenés que cuidar a alguien y tenés que dejarte cuidar por alguien, si vos tenés un mentor que no te llama, no te sigue, no está encima, es hora de cambiar de mentor, necesitas un mentor para que forme las tres generaciones. Dios le dijo: "Abraham te bendeciré y serás bendición". ¿Por qué Dios no le dijo a Abraham te bendeciré y tendrás bendición? porque hay bendiciones materiales pero hay un nivel más alto, que es cuando vos sos la bendición, donde vos vas sos un río que bendice, tu presencia es la bendición. Durante este año pedimos coches, casas, cancelación de deudas, prosperidad y está muy bien, pero el año que viene vamos a pedir que la bendición seamos nosotros, ser bendición, por eso a Abraham se lo llama el padre de la fe. Ser bendición no es para el niño, el niño es revelación, alabanza, divertirse, pasarla bien, el adulto es el que conquista, el que pelea, el que pide más territorio, el que pide la presencia de Dios, pero el padre es el que da la bendición y cuida e imparte la primogenitura, abraza, se derrama sobre otros. Yo entendí por qué Pablo fue tan grande, estaba conectado a Bernabé que fue su mentor y Pablo entrenó a Timoteo, a Tito, tenía por lo menos ocho, ellos a su vez entrenaron a otros y cuando se hizo la cadena de mentores, esa gente trastornó su mundo, sin Internet, sin radio, ni televisión, sin avión, sin coche, trastornaron pueblos enteros. Hermanos, viene un tiempo de restauración del gozo, vamos a volver a divertirnos otra vez, yo no sé si tu mamá te parió con dolor, pero del dolor vos vas a parir cuatro bendiciones: Bendíceme, ensancha mi territorio, que tu presencia esté conmigo y líbrame del mal. Por cada dolor que pasaste cuatro cosas buenas van a nacer de tu vida. Dios te va a dar la capacidad de que entres a las cosas grandes como un niño, cuando vengas acá tenés que venir como un niño, cuando alabás tenés que alabar como un niño, tenés que recuperar tu niño interior, Dios tiene que sanar la capacidad de reírte. Faraón no quiere que los niños salgan de Egipto, pero Dios va a sacarnos de Egipto y va a restaurar nuestra capacidad de gozo. Durante años nadie pensaba que en la iglesia uno podía ir a divertirse porque el niño interno estaba lastimado, pero Dios lo va a restaurar. Dios va a restaurar tu capacidad de adulto. Hay gente acá que estaba sin motivación, hombres peleando y dominando a su esposa, golpeando a sus hijos porque tu adulto estaba herido, pero hoy Dios te va a restaurar, vas a hacer oraciones insólitas, ensancha mi territorio, dame tu presencia, voy a salir a conquistar, yo no quiero terminar como el montón, a mí no me importa si el noventa por ciento de los matrimonios se divorcian, a mí no me va a pasar, a mí no me importa si de cada diez pibes, siete se van a drogar, mis hijos no se van a drogar. Vos tenés que rebelarte a las estadísticas porque vos no sos del montón, vos sos un hijo del rey, ¡si! te parieron con dolor, pero ahora vos vas a parir las bendiciones que Dios programó para vos. Se viene un tiempo de reírse, conquistar, dar. Dios va a levantar padres espirituales. Hay gente que dice: yo no quiero ser líder; vos tenés que cuidar a alguien, tenés que ser padre, llamar, seguir, estar encima, cuidarlo hasta que esa persona sea madura y pueda ser como vos, con otro, y se forme la cadena. Invitalo durante todo este año, llamalo de vuelta, sé padre. Ser padre no es un título que te dan, es una actitud que vos tenés.

Entonces cuando Jabés fue restaurado, Dios le dio una ciudad.
Cada vez que Dios viene sobre alguien deja una marca.

Voy a soltar algo bien poderoso. Cada vez que Dios venía sobre alguien dejaba una marca. Por ejemplo, una marca era cambiarle el nombre, a veces era una marca física. Un día está peleando Dios con Jacob y le pega en el muslo y Jacob se fue rengueando para toda la vida, porque Dios le dejó una marca de que lo había visitado. Pablo dijo: No me molesten yo tengo las marcas de Jesús. Eso es lo que hoy vamos a orar para cerrar el año, marcame, dame una señal de que has visitado mi vida, si olvidás esa marca perderás las bendiciones. Dios le dijo a Sansón: la marca será tu pelo largo, cuando Sansón no cuidó su marca perdió las bendiciones. Dios te va a dar una marca emocional, espiritual, física, algo que sepas que Dios ha caído sobre tu vida y vos vas a mantener esa marca de la visitación de Dios hasta que Dios te de una nueva marca. Hace quince años atrás yo tuve mi primera marca leyendo el libro de Timoteo, se me cayó una venda, y esa marca me acompañó hasta que Dios me dio otra señal, otra marca, y vos tenés que cuidar esa marca, porque esa marca es la señal de que estás bendecido, esa marca te distingue de otros. Un día estaba Pedro, no había pescado nada, entonces Jesús le dijo: Boga mar adentro y echa las redes. Pedro le dijo: Señor no pesqué nada. ¿Sabés por qué Pedro no pescó nada? porque le faltaba una marca. Lo que vos necesitás es cerrar el año marcado, con una marca. La mamá lo marcó con el dolor pero Jabés dijo: Yo esa marca no la quiero, yo quiero una marca de arriba, bendíceme, ensancha mi territorio, que tu presencia esté conmigo, líbrame del malo; y Dios lo marcó con una oración, su vida cambió, su marca fue una oración, tiene que haber algo que te marque. Y Jesús le dijo: Pedro, boga mar adentro, le dio una palabra. Pedro fue, tiró, se rompían las redes, pidió ayuda, cuando bajó Pedro, Jesús le dijo: "Sígueme", una palabra. Una palabra lo marcó a Pedro, fue grande esa pesca, gracias a esa pesca Pedro sostuvo a la familia tres años y medio, inclusive la suegra que vivía en la casa de Pedro. ¿No te gustaría que Dios te dé una ganancia para que no trabajes tres años y medio y toda tu familia sea bendecida?. Marca, y lo siguió al Señor. Un día al Señor lo llevan a la cruz y una mujer lo agarra a Pedro y le dice: "Vos sos de los que estaban con Jesús, vos hablás como ellos". La criada vio la marca. La gente tiene que ver tu marca y Pedro dijo ¡No, no, no, yo no! negó la marca y se fue a pescar con siete más; le agarró depresión, estaba desnudo, Jesús había muerto y él había perdido la marca, la señal. Jesús se le asoma a la orilla y le dice: ¿Pescaron algo? ¡No! ¡Tiren a la derecha!, le dio una palabra, una marca, porque la marca de Pedro era la palabra; y cuando tiraron recogieron doscientos cincuenta y pico de peces, bajaron y Jesús le dijo: ¿Me amas, me amas? te amo, ¿me amas? le dio una palabra, lo marcó y Pedro quedó marcado con la palabra y Pedro se fue con ciento veinte y predicó dos veces, ganó ocho mil. Pedro predicó porque el que tenía esa marca era Pedro. Dios te va a dar una marca, una señal, Dios te va a marcar con una visitación, y con esa marca traeremos abundancia al 2009, sucederán cosas extraordinarias!
Dios te restaura la capacidad de reír, de conquistar y te restaura la capacidad de dar. Dáme, dáme, bendíceme, ensánchame, acompáñame, líbrame. Esta iglesia tiene una marca se llama avivamiento, el día que dejemos de amar y de ganar gente para Cristo yo voy a ser el primero en irme, porque este ministerio nació marcado para traer un avivamiento, y si vos estás acá esa es la marca de la iglesia sobre tu vida. Dios te va a dar una marca. Cuando Alejandro Boeykens llegó la primera vez, alguien le dio una palabra profética y él se entregó a Cristo, eso fue una marca. Vos necesitas una marca, una experiencia, vos no podés decir ¡Ay! ¡Si! tengo una marca, hace veinte años, una vez me dijeron... no, no, hoy tiene que haber una marca, una señal, algo que te distinga. Cuando Juan el bautista nació dijo: "No va a tomar vino, van a ser las marcas", la gente lo iba a conocer por las marcas, por lo que se iba a distinguir. Lo que necesitamos es una marca y se consigue preparándonos para ser marcados. Hay gente que no es marcada porque no se prepara para la marca. Dios lo agarró a Moisés y le dijo: Moisés prepárate para encontrarte conmigo. Cuando vas al trabajo vos te preparás el día anterior, los zapatos, las medias, el portafolio, te levantás, te bañás, te afeitás y ya tenés todo ahí, si no lo tenés preparado, buscás enojado. Entonces Dios le dijo a Moisés prepárate, mañana a la mañana estarás conmigo. Y Moisés preparó dos tablas de piedra y fue para que Dios le grabe sus leyes.

Prepará tu vida, preparala para encontrarte con el Señor. Preparate para los próximos minutos, tenés que prepararte y decirle: Señor ya estoy listo, yo quiero una señal, una marca, un toque, una palabra profética, una visión, una sensación, una llenura, quiero algo que hoy anote la fecha en mi agenda, como el día de tu visitación, yo quiero que hoy caiga sobre mí, y al salir de aquí, lleve las marcas de mi experiencia y le diga al diablo: ¡No me molestes! porque yo he sido marcado para empezar el año en victoria, para caminar en gloria, para moverme en el favor del cielo. Yo profetizo que el 2009 será año de favores, año bendecido, año de cielos abiertos, yo declaro que mi favor rodeará tu vida, yo te abriré las puertas muy cerradas. Caminarás con gozo y alegría porque restauraré, pueblo mío, tu infancia, tu niñez, yo te daré fuerzas para conquistar, actitud para tomar los tesoros escondidos, te daré estrategias, ahogaré a los egipcios cuando no tengas ejército, levantaré tus manos cuando te canses, yo te haré padre y madre de muchos, cuidarás, impartirás primogenitura, presencia de Dios. Yo te daré marca, tras marca, tras marca, ya no necesitarás máscaras, porque las marcas serán la señal mía que el cielo y mi favor están sobre ti. Lo cerramos en tu casa, lo cerramos como niños, lo cerramos como conquistadores y como padres, abrimos los cielos del 2009, reclamamos lo que otros no quisieron, caminaremos con familias completas y bendecidas. Sobre todos caerá tu gracia y tu gloria, y veremos masivamente el poder del Espíritu Santo, lo declaramos, lo ordenamos, lo sellamos en el poder del nombre de Jesús. Amén.

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