jueves, 3 de abril de 2014

Planificando mi felicidad por Alejandra Stamateas

SALMO 16:8-11
"Siempre tengo presente al Señor; con él a mi derecha, nada me hará caer. Por eso mi corazón se alegra, y se regocijan mis entrañas; todo mi ser se llena de confianza. No dejarás que mi vida termine en el sepulcro; no permitirás que sufra corrupción tu siervo fiel. Me has dado a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha". 

Cómo planificar nuestra felicidad. 
¿Cuántos creen que pueden ser un poco más felices?
Jorge Luis Borges escribió un poema que dice así: 
"He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer, no he sido feliz, si pudiera vivir nuevamente mi vida, en la próxima trataría de cometer más errores, no intentaría ser tan perfecto, me relajaría más, sería más tonto de lo que he sido, de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad, sería menos higiénico, correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos, iría a más lugares donde nunca he ido, comería más helados y menos habas, tendría más problemas reales y menos imaginarios. Yo fui una de esas personas que viví sensata y prolíficamente cada minuto de su vida, claro que tuve momentos de alegría pero si pudiera volver atrás trataría de tener solamente, buenos momentos".
Cómo planificar la felicidad, cómo ser más feliz, y éste poema Borges lo escribió cuando tenía 85 años y él dijo: "He cometido el peor de los pecados que un hombre pueda cometer, no he sido feliz". Y me puse a pensar si no ser feliz es un pecado, ¿Será un pecado no ser feliz? y entonces me acordé que si el Señor hizo tan grande obra en la cruz, si Él fue a la cruz para perdonar nuestros pecados, si Él fue a la cruz para hacernos libres, si Él fue a la cruz para despojar a nuestro peor enemigo y lo venció y lo derrotó, entonces hizo todo eso para que seamos felices. Y pecar es errar al blanco, o sea, que si no somos felices, estamos pecando porque Dios hizo todo lo que hizo para darnos una vida de felicidad.
Hay gente y muchas veces nosotros, en muchos momentos de nuestra vida, somos incapaces de ser felices, porque no planificamos la felicidad, pensamos que la felicidad se nos va a dar en algún momento y tal vez le pedimos a Dios y le decimos: "Bueno Señor, yo quiero que vos me des algo", que eso me va a traer la felicidad y decimos: El día que yo tenga eso, voy a tener felicidad. Pero no podemos planificar el hábito de la felicidad, de ser felices todos los días de nuestra vida pase lo que nos pase y eso es lo que vamos a descubrir hoy, cómo tener un hábito, cómo ser felices todo el tiempo, todos los días de nuestra vida. Ahora, ¿Por qué no podemos ser más felices, por qué no podemos romper nuestro umbral de felicidad? ¿Por qué hay gente que parece que nació para el sufrimiento y vive para sufrir todo el tiempo? ¿Cómo hacemos?
En todas las culturas, siempre se sub valoró el tema del placer. Para muchas culturas el placer era algo demoníaco, por lo tanto había que alejarse, había que mantener el placer lejos nuestro y cuando nosotros fuimos chicos, tampoco teníamos modelos en nuestra familia que fueran demasiado felices; no nos acordamos de tener un papá o una mamá demasiado feliz, o un abuelo o abuela muy felices; tal vez vivimos rodeados, muchas veces, de muchos sufrimientos y no tenemos modelos de felicidad. Tal vez muchas veces hemos orado por tener muchas cosas, pero muy pocas veces escuché una oración como: "Señor, quiero reírme más" o "Señor, quiero estar más contenta", o "Señor quiero ser más divertida", no hemos escuchado y no hemos hecho nosotros, ese tipo de oraciones, "Señor, quiero reírme" eso no se lo pedimos a Dios, porque nos parece algo raro, algo extraño, ilógico y cuando fuimos chicos y tal vez ahora de grandes, hemos aprendido a distraernos un poquito con algunas cosas, pasar momentos distraídos, somos como la cenicienta, decimos: "Bueno, la voy a pasar bien el sábado, el domingo, el fin de semana que no tengo que trabajar", pero cuando vuelve a llegar el lunes y tocan las campanadas, nos volvemos a vestir de harapos, de angustias, de tristezas, tenemos que ir a trabajar y parece que otra vez viene la oscuridad, y estamos esperando el próximo fin de semana para ver si podemos disfrutar, ser felices y divertirnos.
A veces decimos: Bueno, me voy al cine, al teatro, al concierto, a bailar, voy a preparar una cena, a invitar a mis amigos, etc. que está perfecto, está muy bien, pero muchas veces no es felicidad porque no es permanente, se da en un momento de nuestra vida, lo planificamos de acá a un mes, pasan quince días y no volvimos a hacer nada que nos hiciera felices y entonces, la felicidad se aleja y no podemos subir nuestro nivel de felicidad. Pero para obtener un poquito de felicidad, para ser un poquito más felices, tenemos que quebrar con algunas enseñanzas falsas.
Hay una enseñanza, un mito, que dice que la felicidad se logra a través del sufrimiento, o sea si yo sufro, tengo derecho a ser feliz, si yo sufro hoy, mañana seguramente voy a poder disfrutar de felicidad y hay una teoría que nos enseñaron nuestros abuelos o nuestros papás a nosotros, que era que si ellos nos castigaban iban a obtener resultados buenos de nuestra vida. Entonces, por ejemplo, cuando nos portábamos mal, nos retiraban el postre, que era el placer, "Hoy te quedás sin postre, hoy no salís, hoy no vas con tus amigos", o sea, todo lo que fuera placer era mal visto y pareciera ser que lo negativo era la motivación para que hiciéramos algo bueno, positivo, o nos portáramos bien, o sea, a través de algo negativo querían que nosotros lográramos algo positivo.
¿A cuántos, alguna vez, les dijeron, "te vas a la cama sin postre"? ¿A cuántos les dijeron, no vas a salir por quince días por cómo te portaste? ¿Por qué? Porque decían si de esto negativo, sé que él o ella, va a tener una buena conducta, voy a lograr algo positivo. Y ¿Qué hace una persona, que ha crecido con ese concepto, de que la motivación era lo negativo? Es una persona que se va a auto castigar porque dice: Si yo me trato mal, voy a lograr algo bueno de mí misma; y son esas personas que se auto critican todo el tiempo, que viven mirando los defectos, que están todo el tiempo tensionados y como todo el cuerpo está así, no pueden disfrutar de lo que los sentidos les brindan, son personas que se niegan cariño. Hay muchas personas que se deben amor, afecto y cariño a si mismas, son personas que tienen una deuda de amor consigo mismas, que no saben quererse, no saben cuidarse, no saben respetarse, no saben darse palabras de cariño, de amor y de consuelo. Han crecido torturándose y torturando a los demás, y todavía siguen pensando en éste concepto: "Si yo me auto castigo a mí mismo, yo voy a obtener buenos resultados de mí", "si yo hago algo de lo negativo, voy a lograr algo en lo positivo", y lo hacen con otras personas; por ejemplo: hablaba con una mujer y me decía: mi marido no me mira más, no me da más importancia, entonces ¿qué voy a hacer yo? lo voy a provocar a celos porque si lo provoco a celos, él va a volver la mirada hacia mí; o sea, de algo negativo, de una conducta negativa, ella estaba esperando obtener algo positivo, ¡NO! De una conducta negativa, queremos obtener algo positivo y como en la infancia, cuando aprendimos esto, no queremos ser castigados, no queremos que nos saquen el postre, no queremos que nos saquen el placer; lo que hacemos es, empezar a cambiar nuestros deseos, a hacerlos cada vez más pequeños, a alejarnos del placer y a no poder disfrutar del placer y nos ponemos una armadura corporal.
¿Qué es la armadura corporal? Es algo que nos pone rígidos y nos hace sentir incómodos con todo lo que sea placer, no podemos disfrutar el placer y yo estoy ahora hablando de placer y seguramente muchos de ustedes estarán diciendo: "Bueno, si le damos rienda suelta al placer vamos a terminar en cualquier lado" ¿por qué? porque justamente asociás el placer con lo negativo, con lo demoníaco, no podés asociar el placer con algo bueno, que te haga bien, y que sea puro y honesto; lo asociás con lo negativo porque desde chiquito te enseñaron que tenías que mantenerte alejado del placer y de la felicidad, y hay gente que tiene poca tolerancia al placer. Hay personas que tienen poca tolerancia a la frustración y hay otra que tienen poca tolerancia al alcohol, un poquitito y ya se emborrachan, bueno hay personas que tienen poca tolerancia al placer. Un poquito de placer, ya está, no me des más, a ver si me mando para cualquier otro lado, no quiero vivir más placer, a ver si todavía hago cualquier desastre con mi vida, o sea, poquito placer porque si tienen mucho placer, algo malo puede ocurrir -baja tolerancia al placer-. ¿Y entonces qué hacemos? Nos transformamos en personas predecibles. ¿Qué es una persona predecible? Una persona que ya todo el mundo sabe lo que va a hacer y cómo lo va a hacer, entonces, te levantas a la mañana y tomás todas las mañanas el mismo desayuno de siempre, nunca lo cambiás; vas a comprar ropa y te comprás ropa del mismo color, porque tus ojos ya se acostumbraron a ver ese color, y por más que quieras ver otro, no podés, porque sos predecible; venís acá y te sentás siempre en la misma silla y si tu silla está ocupada, te sentás por lo menos en la misma zona, porque si te sentás en otra zona, te sentís raro, extraño, como que desde ahí no veo igual, no recibo igual, nos transformamos en personas predecibles, porque le tenemos miedo a lo nuevo y le tenemos miedo al placer; por ejemplo: empezás a pensar siempre en los mismos temas, te levantás a la mañana y tu mente siempre va a los mismos temas, a los mismos problemas, a las mismas circunstancias, son pensamientos recurrentes; o el cuerpo, o la pareja, o la preocupación por lo económico o por los hijos, y no hay otros temas dentro de tu mente porque hasta te volviste predecible por las preocupaciones que tenés; siempre te enojás por lo mismo, ya tus hijos saben por lo que te vas a enojar, porque siempre son los mismos enojos, siempre gritás por las mismas cosas; siempre hablás con las mismas palabras, no hay manera de cambiarlas, porque te transformaste en una persona predecible.
¿Cómo logramos ser más felices? Para ser más feliz tenés que motivarte por el placer y no por el dolor. 
Filipenses 4: 4 
Pablo dice: "Regocijaos, otra vez digo regocijaos", en otra versión dice: "Alégrense, insisto alégrense"
Cuando Pablo estaba escribiendo esto, no estaba en una isla paradisíaca, en una reposera, tomando sol, tomando agua de coco y fumándose un habano y en la carpa de al lado de vecino lo tenía a Dios. No, Pablo estaba en la cárcel, estaba metido en un calabozo y el hombre decía "Alégrense, les insisto yo desde acá" que encima no sabía cuál iba a ser su futuro, porque no sabía se salía con vida de la cárcel, no sabía si se tenía que quedar en la cárcel y morirse en la cárcel, no sabía lo que iba a pasar con su vida y él dice: "Alégrense", les insisto, Alégrense. Pablo les estaba diciendo, no se dejen impresionar por los problemas, les decía: busquen dentro de ustedes, más placer, no de afuera sino dentro de ustedes porque dentro de ustedes hay una fuente que va a brotar. Dentro de ustedes hay una fuente de placer que tal vez todavía no descubrieron, entonces dice, busquen dentro de ustedes esa fuente de placer, para todos los momentos de su vida, es lo que dijo el Señor: "Ríos de agua viva, correrán dentro de ustedes", hay una fuente de placer que todavía no descubriste y ahí está, no está fuera, está dentro de tu vida.
¿Cómo hacemos para ser más felices? Tenemos que buscar más lo que nos hace bien, lo que nos gusta, y hacerlo más seguido, porque el placer siempre nos expande, el dolor te achica, cuando uno está con dolor, con sufrimiento te achica el cuerpo, te angustia, en cambio el placer te expande y Dios nos ha enviado a expandirnos, a crecer. El jueves hablé del perdón, "aunque quiero no puedo perdonar", decía que hay tanta gente que vive en amargura, y lo que hace la amargura cuando una persona no perdona, empezás a vivir una vida de amargura y ésta no te permite ver la situación real y comenzás a tomar malas decisiones. Un día estaba Jonás, y Dios le dice: "Jonás, vas a tener que ir a predicar a una tierra y hablarles una palabra profética, que si no se arrepienten, se va a destruir ese lugar", y Jonás va muy enojado a hacer esa tarea y da la palabra profética y él se enoja mucho, ¿por qué? porque el pueblo se arrepiente y como el pueblo se arrepiente, Dios lo perdona; y Jonás se enoja tanto, tanto, tanto que en un momento viene el Señor y le hace la siguiente pregunta: ¿Te hace tan feliz estar enojado? ¿Te hace tan feliz vivir en amargura? ¿Te hace tan feliz vivir en sufrimiento? ¿Te pone tan bien estar así? ¿Te pone tan bien recordar tus historias negativas del pasado? ¿Te hace bien, seguir dando vueltas en el mismo problema, y en las mismas circunstancias y en los mismos dolores de siempre? ¿Te hace tanto bien? Y si no te hace bien, ¿por qué no lo dejás? ¿Si no te hace bien, por qué en vez de mirar el problema, empezás a mirar la felicidad que brota de adentro, como esa fuente que Dios ha puesto dentro nuestro? Por eso, tenemos que empezar a buscar lo que nos gusta, hay algo que a vos te gusta, y no hay una sola cosa, hay muchas cosas que a vos te gustan, empezá a buscar y no tengas culpa por buscar el placer, a buscar cosas que te hagan bien. Hay gente que tal vez está pensando, ¡Ah! bien pero para mí lo que me gusta es... y ya se van a lo negativo ¡Ah, la pastora nos dio rienda suelta entonces ahora...! no, te vas a lo negativo porque seguís teniendo el concepto de que el placer es demoníaco y que no lo podés disfrutar y que no tenés control y no te vas a poder controlar y vas a ser un desastre, hay placeres buenos, y tenemos que aprender a disfrutar de los placeres que no te dañan y que no dañan a nadie. ¡Hay placeres buenos! Y cuando en la vida te vaya mal, porque hay momentos en los que vamos a tener problemas, no te castigues, porque por castigarte no te va a ir mejor; cuando en la vida te vaya mal, buscá el placer; ¿de qué manera me puedo consolar en éste momento en que la estoy pasando mal? ¿de qué manera puedo hacer algo que me ayude a salir de esto?, pero no enojándome conmigo mismo, no diciéndome ¡qué estúpida que fui, qué tonto que fui, que error que cometí! buscá algo que te haga bien, acercate al placer; hay gente que dice: bueno, yo no me acerco al placer pero me alejo del dolor; pero si vos te alejas del dolor y no sabes acercarte al placer, nunca lo vas a encontrar, te vas a quedar en la nada; por eso, no es sólo alejarse del dolor, es dirigirse al placer. "Me tengo que dirigir al placer", ¿qué tenés que hacer? bueno, esa persona ya no está más al lado tuyo, te alejaste de aquél que te dañó, pero ahora tenés que perdonar y el perdón es un poder que se suelta, cuando mencionás la palabra perdón, hay un poder que se suelta y ese poder no va al otro, viene a tu vida, al que perdona. Es un poder que se suelta sobre tu vida. Y hablé de una investigación que se hizo en la universidad de Harvard que las personas que perdonaban se sanaban física y emocionalmente, más rápidamente que las que no perdonaban, no solamente las que perdonaban sino también las que estaban pensando en perdonar a alguien; sólo el hecho de pensar en perdonar a alguien, te sanaba físicamente, te volvías una persona más alegre y con mejores relaciones interpersonales, todo ¿por qué? por soltar el poder del perdón. El poder del perdón es un regalo que yo le doy a alguien, es un privilegio que Dios me dio a mí, el privilegio de poder perdonar a alguien, pero por sobre todas las cosas cuando yo digo perdón y hago del perdón un hábito en mi vida, ese poder se suelta sobre mi vida, me sana, me extiende, me expande y me lleva a un nuevo nivel.
Otra de las cosas para ser un poquito más felices, tengo que tenervarias fuentes de placer¿por qué? porque si tenés una sola fuente de placer, y decís: yo me divierto solamente con esto. Esa única fuente de placer, se te transforma en algo tóxico, en una adicción. Y decís: Bueno, yo la verdad, es que la paso bien, comiendo nada más. La comida se te transforma en una adicción. Decís: Yo la paso bien trabajando, yo trabajo y soy feliz, ¿esa es tu única fuente de satisfacción? Se te transforma en algo tóxico, en una adicción; entonces, tenés que aprender a participar de todos los placeres de la vida, que hay muchísimos, hay algo nuevo que todavía no experimentaste. 
¿No habrá cosas que todavía no experimentaste en la vida? ¿No habrá placeres que todavía no viviste en la vida? ¿Cuántos alguna vez, les gustaría tirarse en un paracaídas? Pero no tengo plata.......No vas a tener plata hasta que pienses que querés hacerlo; porque cuando empieces a pensar que sí, querés lograr eso, que sí querés experimentarlo, la plata va a aparecer; mientras no tengas sueño, la plata no aparece; cuando aparece el sueño, aparecen los recursos.
¿Qué más podés hacer? Decí: "Tengo que jugar más", no le hagas caso a tu crítico interior porque te va a decir, cuando estés jugando, estás perdiendo el tiempo, estás paveando, ¿qué estás haciendo? Tenés que aprender a jugar más, especialmente las mujeres, nosotras dejamos de jugar desde muy chiquititas, porque nos dan una muñeca y nos dicen que una muñeca es un bebé, o sea, si se cae la muñeca se reventó el bebé, ¡no es el juguete que se rompe, es el bebé! Que hay que cambiarle los pañales, que hay que darle de comer, porque si no se muere, o sea, las mujeres somos responsables a muy temprana edad y nosotras tenemos que aprender a jugar más, por eso, los hombres son más divertidos, se compran los cochecitos, de grande siguen jugando con el auto y siguen jugando carrera con el auto, tenemos que aprender más de los hombres. En casa teníamos el paradigma que Bernardo era el contador de chistes, entonces Bernardo contaba cualquier chiste y todo el mundo se reía, ¿por qué? por cómo lo contaba; hay que saber contar chistes, no cualquiera puede contar chistes, entonces yo no contaba chistes porque soy malísima contando chistes, entonces yo no contaba y nos reíamos de todo lo que Bernardo decía. Un día se me ocurrió en unas vacaciones contar un chiste, mis hijas me miraron, como diciendo -mamá no es lo tuyo- y nunca más y esa es la imagen que yo les di, nunca conté un chiste, entonces dije: Tengo que hacer algo para cambiar ésta imagen, voy a contar éste chiste -que soy un desastre contándolo- pero lo voy a repetir, lo voy a repetir y lo voy a repetir para que ellas se habitúen a ver una madre que cuenta chistes. Ellas se empezaron a reír de la misma repetición y del chiste malo pero ya empezaron a darse cuenta que mamá cuenta chistes también. La alegría se te pega, practicá lo que no te sale, practicá la alegría, practicá la felicidad. Uno se tiene que desestructurar, especialmente las mujeres que somos tan serias, parece que tenemos que retar a todo el mundo, a nuestro marido, a nuestros hijos y nos estructuramos en mujeres serias y no sacamos la mujer alegre que tenemos dentro y tenemos que empezar a desestructurarnos para buscar la felicidad. La felicidad no va a venir sola, hay que buscarla; así que, tenés que hacer todo lo posible para subir un nuevo nivel, un nuevo umbral, en tu vida de felicidad.
Otra cosa, aparte de jugar más "Me tengo que reír más", la risa verdadera afloja los órganos del cuerpo. Haga un chiste en medio de una situación delicada; en las películas americanas al protagonista lo están tiroteando, pero él, en el momento justo que lo van a matar, le hace un chiste al amigo; y uno dice: cómo tiene ganas éste hombre de hacer un chiste y tiene ganas porque los americanos saben que atodo hay que ponerle humor. Yo quiero decirte que Dios nos ha creado para la felicidad y tenemos que aprender a reírnos un poquito más. Muévase un poco más. Usted póngase delante de un espejo, agarre un cucharón y empiece a cantar y a bailar, se va a matar de la risa, porque usted tiene que buscar el gozo que está dentro suyo es una fuente que Dios nos dio, y tiene que brotar permanentemente. ¡Procúrese el gozo, procúrese la alegría! Cuéntele chistes a Dios, ¿le contó alguna vez chistes a Dios?, mire yo meto la pata, pero mal, todos los días, pero cuando la meto, -como yo no quiero tener el concepto de antes-, me porté mal, me voy a castigar, que desastre lo que hice, y ahora ¿cómo voy a salir?; me voy al otro extremo, y entonces le digo: ¿Señor, qué sería de éste mundo si no me hubieses creado? ¿Señor, vos te diste cuenta lo que hiciste conmigo? Yo le hago chistes a Dios, porque acabo de cometer un error y yo le hago chistes y Dios se ríe y ¿sabe lo que dice la Biblia? Que el gozo del Señor es nuestra fuerza, o sea, Él está contento y nosotros cada vez más fuertes. Usted tiene que buscar la felicidad, no espere que venga de afuera, -algún día se me dará, el día que, el día que me pase tal cosa-, no, no, la felicidad tiene que nacer de adentro, tenés que hacer cosas de adentro, tenés que hacer cosas para sacar esa felicidad, tenés que saber provocarte un momento y un día y una vida de felicidad y por último tenemos que usar el poder de la imaginación, imaginar es, ver con la mente. Los espartanos eran una raza de súper hombres y mujeres, ellos tallaban unas estatuas de hombres y mujeres que eran grandotes, altísimos, impresionantes, bien forzudos y ellos ponían esas estatuas que tallaban en las plazas de la ciudades y también en los patios de las casas; o sea, que los chicos desde bien chiquititos, salían y miraban esas imágenes de hombres y mujeres grandotes y hermosos y al verlo todos los días, ellos se motivaban para trabajar su cuerpo, para poder desarrollar su físico y eso hizo que se generara toda una generación de hombres y mujeres fuertes y hermosos ¿Por qué? por el poder de la imaginación, lo que pones en tu mente.
Es tu imaginación lo que domina el mundo y ¿cómo lo dijo el apóstol Pablo? Dijo en Filipenses 4: 8 "Por lo demás hermanos, todo lo que es verdadero, honesto, justo, puro, amable, lo que es de buen nombre, en esto pensad". Y la palabra ahí es Meditar, y en el original quiere decir en esto, esto imagínense, imagínenlo todo el día, imaginen lo bueno, lo honesto, lo que es de buen nombre, lo justo, lo puro, todo el día imaginen, piensen cosas buenas, cosas justas, cosas puras, todo lo que es de buen nombre, en esto piensen todo el día, así lo dijo el apóstol Pablo, ¿por qué? porque la imaginación mueve al mundo, como pensás es cómo vas a obtener; la felicidad que imagines, es la felicidad que vas a obtener.
Dios le dijo a Abraham: "Salí de tus cuatro paredes de tela", salí de tu carpa, porque te encerraste en tu carpa, en tus mismos pensamientos de siempre y no podés activar la imaginación y seguís repitiendo tu modelo de incredulidad, entonces, salí de tu carpa. Y dice que, cuando Salió de su carpa, le dijo Dios: Te voy a ayudar a imaginar porque sos medio terco, Mirá, ves las estrellas, así va a ser tu descendencia, o sea, ves la estrella, bueno la estrella no es una estrella, la estrella es tu hijo, tu nieto, tu bisnieto, tu tataranieto, tus sobrinos y todas las generaciones que van a salir de tus logros. Dios va a ayudarte a imaginar un futuro de victoria, un futuro glorioso, tenés que activar la imaginación para lo bueno, para lo que es justo, tenés que verte en victoria, tenés que verte festejando, esa enfermedad cuando el médico te diga ya estás sano, tenés que verte festejando ese día con los tuyos, con los seres queridos, con tus amigos, festejando la victoria que Dios te va a dar. Dios le mostró estrellas y a Abraham se le metió en el corazón; usted tiene que pintar cuadros nuevos dentro de su corazón, no repita lo mismo, cuando le va mal, busque lo bueno, busque el placer y véase festejando la gran victoria; lo que piense, lo que imagine es lo que va a obtener; en lugar de usar los recuerdos y quedar atado a los recuerdos, ¿qué te produce recordar otra vez el daño que te hicieron? ¿Por qué necesitas estar atada al recuerdo de ese daño? ¿Por qué no te desprendes de una vez por todas? Porque cuando estés sana, cuando estés en el proceso de sanidad va a venir Dios y te va a entregar al que te dañó y te va a decir ¿Qué hago con él? y vas a estar tan sano porque dejaste todo ese pasado atrás, que le vas a decir: "Lo que hagas, ya no me importa, haz lo que quieras, está en tus manos, mi enemigo está en tus manos, yo ya me olvidé y voy a un nuevo nivel".
¿Usted cree que Jesús, era Jesús? Porque a veces, lo que nos han enseñado de Jesús no coincide con Felicidad, nos han enseñado un Jesús serio, siempre enseñando, siempre adoctrinando, un Jesús que ¡ojo con lo que vas a hacer!, entonces yo quiero decirte que Jesús era feliz, a Jesús le encantaba las fiestas, uno lo ve comiendo siempre en una casa diferente, lo invitaban a comer y Él iba; se organizaba Él las cenas, le dijo a Zaqueo: "Dale vamos a tu casa a comer", a Él le gustaba estar con gente, era un hombre feliz, Jesús era feliz. 
Dios le prometió al pueblo de Israel, que le iba a dar una tierra que fluiría leche y miel, la miel representa las dulzuras de la vida y tenemos que empezar a saborear las dulzuras de la vida. Tal vez venimos de familias, tan estrictas, tan estructuradas, de iglesias tan estructuradas, por eso te digo que pensás en placer y ya tu cabeza se va para cualquier lado, porque no podés pensar en los placeres buenos, en darte cosas que te hagan bien y que le hagan bien a los demás, que tal vez tengamos que probar un poquito más lo que es la miel que Dios nos prometió como herencia, que son las dulzuras de la vida, por eso dice la palabra, "Delicias a tu diestra para siempre". ¿No le gustaría vivir un poquito más de delicias en la vida? ¡Ay, pero yo no me causo los problemas, pastora, los problemas me vienen! Es que los problemas siempre van a venir, pero Dios nos prometió que dentro de nosotros teníamos una fuente de placer que iba a seguir brotando y que nunca se iba a agotar para que tengamos felicidad permanente y continua.
¡Gracias Señor, por ser nuestra fuente de alegría, nuestro gozo eterno, Señor, te bendecimos, te honramos, te damos la gloria, Señor, queremos reírnos más, queremos ser más felices, queremos disfrutar de honra que nos diste, Santo!
Zacarías 9:12 "Tenemos que ser prisioneros de la esperanza". A mí me tiene agarrada la esperanza, me tiene escondida la esperanza, me tiene sujeta la esperanza de que todo lo que haga en mi vida me va a salir siempre bien. Yo soy la prisionera de la esperanza.
Que la esperanza brote de adentro tuyo, que brote tu placer interno, dale más al Señor, declárale tu amor a través de tu aplauso y decile: "Señor, soy un prisionero de la esperanza, todo lo que haga me va a salir bien, mis hijos van a venir a tus pies, mi marido lo va a hacer, mi mujer lo va a hacer, toda mi casa, mi familia porque yo sé que Él lo hará otra vez".
Aquí va esta palabra profética de parte del Señor para tu vida: "Marcharé al frente de ti y allanaré las montañas, haré pedazos las puertas de bronce y cortaré los cerrojos de hierro, te daré los tesoros de las tinieblas y las riquezas guardadas en lugares secretos para que sepas que yo soy el Señor que te llama por tu nombre, estás destinado a ser una persona feliz".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes dejarnos tu opinión si deseas aportar algo o si sientes que este mensaje te ha servido