sábado, 9 de agosto de 2014

Estoy cansada pero no puedo parar por Alejandra Stamateas

MATEO 11: 28-30
"Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón; y encontrarán descanso para su alma, porque mi yugo es suave y mi carga es liviana"
Estoy cansada pero no puedo parar. Es una sensación que sentimos las mujeres y los hombres, hay gente que la siente casi todo el año, hay gente que se le activa en ésta época del año cuando parece que todo ya va terminando; hay gente que dice: necesito tomarme unas vacaciones, no puedo más, estoy agotada, angustiada, y parece que van perdiendo las fuerzas, ya no tienen ganas de resolver problemas, no tienen ganas de enfrentar nada.

Las mujeres sufrimos más de cansancio mental y emocional que físico. Tal vez físicamente podemos seguir haciendo, trabajando, vamos aunque sea tiradas por alguien, pero el cansancio mental, estar pensando todo el tiempo y que parece que la cabeza no para un instante, eso nos agota y nos agobia, ¿Por qué? porque tenemos dentro nuestro ciertas leyes mentales que parecieran, que nos obligan a hacer ciertas cosas; o sea, tenemos metidas en nuestra mente leyes que nos imponemos y que queremos cumplir sí o sí. Tal vez nadie nos dijo que deberíamos hacer eso, nadie nos dijo que teníamos que hacernos cargo de aquella cosa, pero sin embargo, hay una ley interna que nos obliga a hacerlo, son los famosos: "Deberías hacer o Tengo que hacer o Tengo que ir", no tengo ganas, pero lo voy a hacer igual; esa es una ley interna y quiero que en ésta tarde, puedas identificar cuál es esa ley interna que hay en tu mente que te trae agobio y cansancio. Hay una presión que vos le sumás a la presión externa, que es tu propia ley interna. Decís: "Yo tengo que estar bien para ésta persona, yo tengo que hacer esto aunque no me lo pidan, yo tengo que estar temprano en este lugar aunque a nadie le importe", una ley que hay que cumplir y esa ley empieza a perjudicarte emocional, física y aún espiritualmente. Por eso Jesús dijo en éste pasaje: Vengan a mí, todos los que están trabajados y cansados que yo los voy a hacer descansar, les voy a dar descanso para su alma; fíjense qué interesante, porque el pasaje no dice, les voy a dar descanso a su espíritu, no dice: les voy a dar descanso a su cuerpo, Jesús dice: si vienen a mí, yo voy a hacer que su alma descanse, alma es el asiento de la voluntad, de las emociones, le está diciendo: si ustedes vienen a mí, se les van a calmar las emociones. ¿Cómo hacemos para salir de esa tensión, de ese cansancio? Te voy a dar dos o tres puntos clave para que vos puedas pasar de aquí a fin de año con tranquilidad.

Primero: 
"No tengo que ser tan complaciente". A las mujeres nos cuesta muchísimo decir que no, cuando alguien nos pide algo, estamos ahí que nos da vergüenza, que nos da culpa, que cómo le voy a decir que no, si es mi hijo, si es mi marido; nos cuesta tanto que te voy a dar otra técnica, ¿Cuántas están diciendo que, sí, todo el tiempo y te agregás un montón de tareas que no querías hacer? ¿Qué tenés que hacer? porque no podés decir que no; vas a decir que Sí, pero vas a pedir algo a cambio. ¿Qué va a provocar esto? En primer lugar que, la otra persona se dé cuenta que lo que te está pidiendo, a vos te cuesta. Que ese: acompáñame a tal lugar, a vos te cuesta; que ese: haceme ese trabajo, a vos te está costando; que ese: llamame por teléfono, a vos te está costando; y por el otro lado, la persona que te está pidiendo algo, cuando vos le pedís algo, siente entonces de alguna manera, que te está pagando lo que te está pidiendo y eso a cualquier persona también le hace bien; y por el otro lado, si no le gusta que le pidas algo, nunca más va a venir a pedirte algo, o sea, objetivo logrado. Vas a tener que decir que Sí, pero pedir algo a cambio. También a las mujeres nos cuesta pedir, por eso es un ejercicio que vas a tener que empezar a hacer, no te digo pedir grandes cosas, pero cuando tu amiga te dice: acompáñame al médico y vos estás saturada de trabajo y decís: voy a perder tiempo acompañándola al médico, por qué no va ella sola y después me llama por teléfono y me dice lo que pasó, pero ella te dice: dale, no me dejes sola; vos no podés decirle que no, entonces le decís sí, te voy a acompañar pero vos mañana, vas a venir a casa y me vas a planchar las tres camisas que hoy no pude planchar. Vas a pedir algo que te sea necesario y que sabes que la otra persona, también te puede dar. Entonces la respuesta de la otra persona va a ser de satisfacción porque va a decir: dale, dale, yo lo hago, hacemos un intercambio, y eso es bueno; o va a decir, ¡Ah no, si vos no me podes hacer esto, chau! Esa persona no te va a pedir nunca más nada y ya has logrado el objetivo. ¿Por qué? porque se ama más lo que se consigue con más esfuerzo. Y eso lo podemos ver en nuestros hijos. Uno le compra juguetes a los hijos y a los dos minutos los rompieron porque ni se dieron cuenta de lo que te salió y de lo que te costó y si vos vas y le comprás otro va a hacer lo mismo. En cambio, cuando ese chico estuvo mucho tiempo antes de tener ese juguete y le costó y le dijiste: ora, vamos a pedírselo al Señor, vamos a ver cómo hacemos, vamos a buscar precios y vamos a caminar por todos lados, o vamos a buscarlo donde está más barato y vamos a conseguir acá y vamos a preguntar, etc., vio que hubo un esfuerzo, ese hijo va a valorar mucho más lo que vos le das; bueno, lo mismo pasa en todas nuestras relaciones interpersonales; si algo me cuesta más entonces lo voy a valorar mucho más. Por eso, cuando alguien te pida algo y no puedas decirle que no, decile: Sí, pero dame algo a cambio. Hay que practicarlo, porque si yo te lo digo y no lo practicás, queda como en la nada. Entonces, cuando venga tu hijo, tu marido, tu jefe, quién sea, le decís: yo lo hago pero le pido tanto a cambio; viene tu jefe, te da trabajo, le decís: "bueno yo lo voy a hacer pero quiero que me pague más horas extras", pedíselo, entonces te va a decir: no te doy nada, se lo doy a la otra burra de carga que no vino a la reunión de mufuva, entonces no lo sabe o bueno está bien; y vas a ver que la gente va a acceder más de lo que vos te imaginás, porque uno se siente muy bien cuando pide un favor y tiene la manera de devolver ese favor, siempre uno siente satisfacción.

Segundo:
 "Tengo que expresar lo que deseo a los demás". Las mujeres solemos querer resolver todo solas. ¿Cuántas son de cargarse con todo? y decir: yo lo hago, yo puedo; queremos hacer todo solas y nos vamos cargando con esto, con lo otro, ni siquiera le hablamos a Dios de nuestros problemas, decimos: ya le dije a Dios, Dios sabe y Dios te dice, haceme conocer lo que te está pasando, y queremos vivir cargando con todas las cosas que nos pasan o nos piden, y tal vez hay una deuda, pero no decimos nada; ¿cuántas mujeres alguna vez tienen un dolor físico pero en la casa no dicen nada? Para no cargar con otro problema más dentro de la casa, o están pasando por un problema serio emocionalmente y hacen silencio para no cargar a la familia y tal vez, vos cargás todo sola. Entonces, lo que tenés que hacer para estar más descansada es empezar a expresar tus deseos. Cuando expreses un deseo, nunca lo expreses como una necesidad ej. Yo necesito que vos me des esto; yo necesito que vos me hagas esto otro; no uses la palabra necesito, usa la palabra deseo. Suena muy diferente decir: yo necesito un hombre, a decir, yo deseo un hombre. ¿Cuál es la diferencia? El necesito viene de la inseguridad; "necesito" porque me estoy volviendo vieja, porque voy a terminar sola. En cambio el deseo viene de la pasión. Yo deseo un hombre. El desear es diferente al necesitar. Entonces tenés que poner todo en términos de deseo y la gente va a responder diferente. Porque todos respondemos diferente cuando vemos una persona insegura o cuando vemos una persona apasionada. A una persona apasionada le puede dar todo pero una persona necesitada lo va a pensar dos o tres veces. Yo necesito comer algo porque me muero de hambre, o decís: cómo deseo comer algo, suena diferente, no parecés una loca que te vas a tirar arriba del plato, sino una mujer que se apasiona por una comida en especial, entonces, cambiá el "necesito" por el "deseo". Y "cuando pidas ese deseo, siempre pedí más", nunca pidas solamente lo que deseás, siempre pedí más, porque para que te den lo que querés, siempre tenés que pedir un poco más. Si vos le decís a tu hijo: tendé la cama, cuando yo llego quiero que tu cama esté tendida, el pibe, vos llegas y la cama es un desastre porque los pibes no te hacen caso; ahora si vos haces una lista y le decís: cuando yo llego quiero que tiendas la cama, que barras tu cuarto, que laves la ropa, que cuelgues la ropa que está tirada, que lleves el perro a pasear y que encima hagas la cena, vos le pones toda esa lista y ¿el pibe qué va a terminar haciendo? La cama, te va a decir: mamá, confórmate con que hice la cama; ¿y cuál era tu objetivo? Que hiciera la cama. Entonces todo lo demás se lo pusiste para que él sintiera la presión, y entonces hiciera una cosa. Cuando vas a tu trabajo y estás cansada y tu jefe te dice: ¿Qué querés? Vos decís: yo quiero ganar $30.000 por mes, vos estás ganando $500 y tu jefe ¿qué te va a dar? $550 de aumento, porque vos sabés que más no te va a dar, pero le pedís así alto porque por lo menos te va a dar los $50 de más. Entonces vos siempre tenés que pedir más, a cualquier persona pedile más para que te dé exactamente lo que vos querés. Esta es una técnica que te funciona sí o sí. Cuando veas a tu marido, no le digas: dame un besito, decile: quiero más, hacele el combo, va a terminar con un beso porque hasta ahí llegó, pero vos siempre pedile más. "Tengo que pedir más de lo que quiero".

Tercero: 
"Tengo que jugar el juego del ¿Dónde estoy?" La gente no tiene que saber todo el tiempo dónde estás. Ese es tu gran problema, tus hijos saben dónde estás, y si estás en el baño, estás con el celular en el baño por las dudas que te llamen. Tu marido sabe dónde estás, todo el mundo en tu trabajo, sabe dónde estás; y tenés que jugar un poquito el juego de las escondidas, el juego de "¿Dónde está mamá?" ¿Dónde está mi mujer? ¿Dónde está mi prima? ¿Dónde está mi hermana? ¿Por qué? porque cuando vos jugas ese juego, los demás se dan cuenta que tienen que respetar tus tiempos, que tienen que respetar tus horarios, que vos no estás disponible las 24 hs. para cualquier persona, porque sos un ser humano, no sos un robot, primero lo tenés que entender vos, no podés estar disponible todo el tiempo para todo el mundo, porque vos tenés vida propia, vida personal. El gran problema es que las mujeres hemos vivido tanto tiempo la vida de los demás, que nos olvidamos que tenemos tiempos propios, que tenemos tiempos en los que queremos descansar; a las mujeres nos cuesta mucho decir que: vamos a ir a dormir un ratito porque estamos cansadas, nos levantamos enseguida porque parece que dormir una siestita o acostarse a descansar un rato, está como mal visto, te van a ver como una vaga. Entonces tenemos que jugar un ratito al juego del ¿Dónde estoy? Porque los demás van a empezar a respetar tus horarios y tus tiempos y eso primero lo tenés que hacer vos, si vos dijiste: de tal hora a tal hora no atiendo el teléfono, no lo atiendas, porque una vez que lo dijiste y no lo cumplís, ya nadie más te cree. Entonces, jugá un poquito más a eso, ¿dónde está mamá? Ah mamá está haciendo algo de ella, no está haciendo algo para nosotros, está haciendo para ella y hay que respetárselo, porque tal vez vos tenés ese rato que vos dijiste es para mí, pero los demás te empiezan a llamar justo en ese momento ¿sí o no? justo los demás siempre necesitan algo en el momento que vos te tomaste para descansar, entonces hacete respetar más ese tiempo y jugá más a ese jueguito de estar donde estas.

Cuarto:
 "Tengo que creer en mí". Creé en tu habilidad para terminar lo que empezaste, y eso es muy importante porque hay mujeres que se desgastan y se cansan porque empiezan una tarea y en el medio, hasta terminarla, hacen un montón de otras cosas, se distraen con un montón de otras cosas, y nunca terminan la tarea, pero sí terminan agotadas y con la frustración de no haber terminado, por eso vos tenés que creer que todo lo que vos empieces lo vas a terminar y cuando empieces algo focalízate, no te distraigas, porque cada vez que empezamos a hacer una tarea decís me voy a tomar un café y te levantas para prepararte el cafecito, al rato decís: voy a ir un ratito a hablar por teléfono antes de terminar, porque tengo que hablar con mi amiga o tengo que hablar con mi cuñada un ratito y perdiste tiempo en el medio, llegaste cansada y la tarea no la terminaste, cuando vas a empezar algo, vos sabés que eso que empezaste tenés la habilidad para terminarlo, por eso en el medio no te desenfoques, hacé lo que tenés que hacer y no muevas la cola de la silla hasta que termines de hacer lo que tenés que hacer. Es el consejo que le dábamos a nuestros hijos cuando estudiaban, hasta que no termines de estudiar no muevas la cola de la silla y nosotras tenemos que hacer lo mismo, decir yo empiezo esto y yo soy mujer y he dado mi palabra, y por que empiezo esto, tengo la habilidad para terminarlo, terminarlo en victoria, no cansarme, hacer todo como Dios me pidió yo lo voy a lograr porque soy una mujer fuerte. Tenés que creer en tu habilidad para encontrar aliados, dice la palabra que Él multiplica las fuerzas al que no tiene ninguna, ¿Cuántas sienten que ya no tienen fuerzas a ésta altura del año? Es una palabra para tu vida ¿como hace Dios para multiplicarnos las fuerzas cuando ya no las tenemos? Dios crea de la nada, Dios crea de cero, Él no tiene problema, Él no necesita agarrarse de algo para crear, Él puede crear de la nada, así creó el universo, así creó el mundo, entonces que hace Él ¿Cómo es esto de multiplicar? Cuando vos no tenés fuerzas ¿sabés cómo te multiplica? te pone gente alrededor para distribuir la tarea. Yo te puedo asegurar que en estos días Dios va a poner gente a tu alrededor que te va a ayudar para que tu tarea no sea tan difícil, Dios te va a poner lo que yo digo ángeles, alrededor que van a venir con conocimientos, capacidades, con cosas que no te gustan hacer o que te cuestan hacer y ellos lo van a hacer con placer y tenés que saber ligarte a esa gente, vos tenés que saber orar y decirle: "Señor yo no tengo fuerzas, mandame la gente que me va a ayudar en este momento de cansancio de mi vida" porque Él te va a multiplicar las fuerzas poniéndote alrededor, gente de oro que te va a ayudar a tener la victoria que tanto estás buscando, llegar a fin de año empezar el año en victoria y seguir tu vida teniendo victoria detrás de victoria, vas a usar las fuerzas de otros, vas a usar los brazos de otros, vas a usar las piernas de otros, Dios te va a poner esa gente para llevarte a la victoria.

Tenés que creer y tener la seguridad de que tenés la capacidad para ofrecerle algo especial al mundo. Querida mujer, querido varón, vos no naciste para pasar los días de tu vida, agotarte, terminar enfermo, naciste porque tenés algo especial para ofrecerle al mundo, tenés sentido y tenés propósito por eso tenés que preguntarte ¿hacia dónde estoy yendo?, ¿estoy dando lo que tengo que dar o me estoy distrayendo en el camino de la vida?, cuántas cosas vienen a mi mano para hacer y las hago todas y me canso y nunca termino de hacer lo mío; es tiempo de trabajar en tu tierra, en tu territorio, es tiempo de empezar a lograr tus metas y tus sueños, es tiempo de invertir finanzas y tiempo en lo que es tu pasión, es tiempo de enfocarnos, es tiempo de decir: voy a dejar todo aquello que me distrae y me voy a concentrar en lo que quiero lograr porque cuando una persona está concentrada solamente en lo que es su llamado, en lo que es su pasión esa persona hace, hace, hace, hace y aunque a veces se siente cansado sigue adelante porque tiene una pasión que lo mueve y es una pasión que te habilita, es una pasión que te alegra, que te llena de energía para salir a conquistar los sueños, por eso querida mujer, querido varón preguntate, ¿tu vida, lo que estás haciendo diariamente, tiene que ver con tu propósito? ¿o estás perdiendo tu vida en cosas sin sentido?, ¿estás trabajando para los demás y todavía no encontraste cuál es tu pasión?, ¿estás trabajando para cobrar un sueldo en lugar de trabajar para que puedas vivir y disfrutar de la vida, y que la pasión te traiga las finanzas?, son las preguntas que te tenés que hacer y vos te las vas a responder solamente cuando veas hacia donde marcha tu vida, hacia dónde va, ¿estás enfocada?, ¿estás enfocado? , te preguntaste alguna vez, ¿qué es lo que le habré aportado al mundo, cuando yo me muera?, ¿cuál es la herencia que le voy a dejar al mundo?, ¿qué es lo que estoy haciendo para que quede por generaciones? querida mujer nuestra vida no se termina acá tenemos que aprender a dejar herencia y para eso hay que trabajar en lo que nos apasiona, en lo que es nuestro centro y no en lo que te pidan los demás todo el tiempo, dejá de distraerte en pequeñeces con problemas tontos, con pavadas. Cuando estas cansado no quieras tomar grandes decisiones, por que te van a salir mal descansá, cuando estés cansada no evalúes a la gente, porque las vas a evaluar negativamente por que estas cansada, lo único que tenés que hacer es refugiarte en el Señor, meterte dentro del Señor, ¿Estoy caminando bien o estoy cargando con cosas que no debería estar cargando? ¿Cuántas cosas en el día hago que son una ley que hay en mi mente? porque no las debería estar haciendo, que nadie se va a morir si no las hago, porque tenés metido en la cabeza que si vos no estás, si vos no lo hacés, ¿quién se encarga? y esa es una ley que te está torturando y aunque vos no lo hagas nadie se va a morir, por eso dice:Mateo 12:7 "misericordia quiero y no sacrificio", dice: si ustedes supieran lo que yo quiero, misericordia y no sacrificio. Tenes que ser misericordiosa con vos, eso no quiere decir que no va a haber momentos de tensión, pero tenés que saber cuándo parar, cuando es el tiempo de reestructurar las cosas porque eso te está matando, tenés que tener misericordia decí:tengo que ser misericordiosa conmigo, tengo que tener misericordia conmigo. 

Para poder descansar y disfrutar de lo que hacés no te olvides nunca de reclamar todas las cosechas de cada siembra que vos hiciste a lo largo de tu vida. Muchas siembras económicas, emocionales, en tu familia, en personas que no conocías; sembraste, reclamá las cosechas, te estás matando por algo y el Señor dice "hace tiempo que esa cosecha está ahí esperando para que la vayas a recoger pero todavía no me la pediste", el día que te atrevas a pedírmela sin vergüenza va a venir a tu vida y te va aliviar todo el trabajo que estás haciendo ahora porque dice la palabra del Señor, El que siembra cosecha Sí o Sí.

Te estás matando por algo y Dios te dice: ya sembraste, te acordás hace 20 años ya sembraste, hace 15 años ya sembraste, por eso que ahora te estás matando, ¿Cuánto amor diste?, ¿cuántas finanzas entregaste?, cuántas cosas hiciste por los demás? y todavía seguís matándote para seguir recibiendo cariño, amor, que te reconozcan, que te den, que te tengan en cuenta, ya lo sembraste antes, lo único que tenés que hacer ahora es cosechar; dejar de estar pendiente de los demás, a ver si te dan o no te dan, cosechá lo que el Señor ya te dio, que es el resultado de tu siembra.
Entonces, lo primero, reclamá las cosechas de las siembras, que no te de vergüenza, acordate: tenés que aprender a pedir, hasta el Señor dijo: Pidan, porque el que pide recibe. Pidan, ¿Cuál es el problema de pedir? Estamos en ese mes, pedí con fe, no dudando nada y Dios te lo va a dar, porque ¡Has sembrado en tu vida y tenés derecho a la cosecha! Pedí, Pedí y Pedí, "Señor Acá estoy para pedirte toda la Bendición".

Segundo, reclamá una doble bendición, ¿te acordás que te dije? Cuando pidas, pedí más para recibir lo que querés. Eso lo entendió Eliseo y dijo: Yo quiero que me des la doble porción del Espíritu. ¿Cómo al hombre se le ocurrió eso? porque él sabía que tenía que pedir más. ¿Pediste una doble bendición? Esa doble bendición que estás pidiendo; la vas a tener que multiplicar, porque hay gente que dice: Señor, si vos me das esto, yo con esto me conformo. Y a Dios lo que menos le gusta es la gente conformista, porque el conformista es el mediocre, el que se queda a mitad de camino, puede lograr más, pero dice: "Con esto está bien". Y cuando viene una persona, una mujer o un varón y le dice: Yo deseo esto, pero yo te pido dos veces más.
¿Cuántas se atreven a pedir dos veces más? Multiplicá lo que estás deseando, no lo que estás necesitando, lo que estás deseando, multiplícalo, decí: No, éste sueldo no, el doble; no, no, no, esta sanidad no, el doble; no, yo no quiero ganar ésta cantidad, yo quiero el doble; no quiero que mi casa tenga dos habitaciones, yo quiero el doble. Vos multiplicá, multiplicá, pedile al Señor, porque cuando vos trabajás y recibís el doble, vos te alegrás. Te parece que el esfuerzo fue poco, que te cansaste poco para ganar tanto, y Dios dice: "Si me pedís el doble, yo te voy a dar el doble, ven a mí y descansa".
"Es tan grande como te imagines, es tan grande como lo pidas en éste tiempo, va a depender de que abras tu mente, de que abras tu espíritu, de que relajes tus emociones, de que vuelvas al Señor y digas: ¡Señor, quiero bendición, pero quiero doble bendición, Señor yo he trabajado, yo he sembrado, ahora quiero la cosecha. Señor te pido más porque eres un Dios que puedes dar más!".

Las mujeres sabemos arrebatar la bendición, nunca te conformes con menos que lo que Dios te quiere dar. Hay gente que se conforma, como Abraham, durante trece años con un hijo que no es el hijo de la promesa; trece años se conformó con Ismael, creyendo que Ismael era la promesa; pero Dios le había prometido a Isaac, no le había prometido a Ismael. Le dijo: "Yo te voy a dar pero va a ser tu hijo con Sara", no con Agar. Y hay gente que vive engañada, viven con poco y creen que eso es la bendición, viven con lo básico y creen que esa es la bendición; tuve $5 y pude viajar en colectivo; encontré $2 y me subí al micro, y ya eso es la bendición porque no buscaste todavía la doble bendición de Dios; no estás acostumbrada a pedir, porque te da vergüenza, te da miedo, porque no estás acostumbrada a pedir algo a cambio, tenés que empezar a practicarlo, esto se lo tenés que enseñar a tus hijos, a tus amigas, quiero que lo practiques por 15 días hasta que se te haga un hábito, empieces a pedir siempre más, con gracia, con sabiduría, con alegría porque si pedís de esa manera, vas a recibir no poco sino mucho. Esta palabra ha llegado a tu espíritu, ha caído a tu vida, vas a dejar de estar angustiada, enferma, vas a decir, Señor hago menos porque vos me das la doble bendición. ¡Hay una cosecha esperándote!

Cada vez que leas una promesa en la Biblia, es algo para tu vida, una promesa, todo lo que está en la Biblia es para nosotros, cada vez que la leas, vos decis, ¿yo pedí esto? o todavía no me atreví a pedirlo, sino lo pedí prepárate Dios, porque ahí viene la pedigüeña mayor de Presencia; y todas las promesas que hay acá las tenés que reclamar para tu vida. Señor esto nunca te lo pedí, yo no te pedí que haya paz en mi casa, Yo no te pedí que haya abundancia en comida y bebida, Yo no te pedí que me pusieras gente alrededor, Yo no te pedí que me saques el yugo que tengo, Esto no te lo pedí y esto es promesa que me das así que ahí va la pedigüeña pero ¡Señor, yo quiero el doble!

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