domingo, 22 de julio de 2012

Con mis hijos no se puede ni hablar por Alejandra Stamateas

Deuteronomio 16:13-15 "Al terminar la vendimia y la cosecha del trigo, celebrarás durante siete días la fiesta de las Enramadas. Te alegrarás en la fiesta junto con tus hijos y tus hijas, tus esclavos y tus esclavas, y los levitas, extranjeros, huérfanos y viudas que vivan en tus ciudades. Durante siete días celebrarás esta fiesta en honor al Señor tu Dios, en el lugar que él elija, pues el Señor tu Dios bendecirá toda tu cosecha y todo el trabajo de tus manos. Y tu alegría será completa."
Esta promesa es que nuestra alegría será completa.
¿A cuántas les pasó que quisieron hablar con los hijos y terminan peleando, gritando?
Yo hago lo siguiente, llego a casa y lo primero que hago es entrar en la habitación de mis hijas, y ellas me dicen, mamá, te vas afuera por favor, vuelvo a salir, pero hay días que entro y no me dicen nada, entonces yo sé que ese día, me quieren hablar de algo y yo me instalo ahí, declaro territorio, oro, intercedo, cubro y cierro todas las puertas y ahí me quedo porque es el momento. Pero es verdad, los hijos nos dan señales cuando realmente están dispuestos para hablar y cuando realmente no quieren saber nada. Y como mamás tenemos que tener la habilidad de saber interpretar esas señales, pero vamos a hablar sobre qué pasa cuando con nuestros hijos no se puede ni hablar, son agresivos, violentos, no quieren escucharnos, toda conversación siempre termina en pelea.
¿Cuántas pensaron alguna vez, cuando pasaban estas situaciones, como me gustaría que mis hijos ya crecieran, se casaran y se fueran de casa? Descubrí investigando para este tema, que podríamos usar un buen método, que es el método que se usaba en algunas tribus, la tribu sioux dice que cuando a los hijos les agarraba una ataque de rabia, los tomaban y los fajaban hasta el cuello y los metían en una cuna de madera, y el nene no podía expresar la rabia de ninguna manera, tenía que quedar atado y callado.
Pero en realidad nosotras no queremos hijos reprimidos, tampoco queremos hijos violentos, o sea, no queremos hijos que se traguen las emociones y que estén con miedo y temor en casa, no queremos hijos que vivan con miedo al autoritarismo, porque tal vez esa situación ya la pasamos nosotros y no nos gustaría eso para nuestros hijos, tampoco queremos hijos violentos, caprichosos, que estén todo el tiempo exigiendo, gritando y tomando el poder en la casa, lo que nosotros queremos tener es hijos valientes para la vida.
Decreto que estoy criando hijos valientes.
Y para eso hay que enseñarles dos cualidades fundamentales, o características, o dos conductas que nuestros hijos tienen que tener sí o sí, y somos nosotros los papás los encargados de enseñárselas.
Tolerancia a la frustración.
Lo primero que le tenemos que enseñar a nuestros hijos es la tolerancia a la frustración, y eso se aprende desde la infancia. No estoy hablando de tolerancia al fracaso, una cosa es tolerar el fracaso e ir de fracaso en fracaso y otra cosa es tolerar la frustración.
La tolerancia a la frustración es una fortaleza interna, una persona que puede tolerar que las cosas no salgan como imaginaba, es una persona que tiene fuerza interna. ¿Cuántos quieren tener hijos con fortaleza interna? que esa fortaleza interna te permite soportar y sobrevivir a las tormentas, no querer matarte cuando no tenés algo, cuando no conseguís algo, ser creativo, buscar nuevas maneras para lograr eso que de esta manera no lo conseguí, la fortaleza interna te ayuda a resolver problemas, la fortaleza interna te ayuda a superar obstáculos en la vida, la fortaleza interna te ayuda para lograr metas, para lograr objetivos y para lograr sueños. ¿Cuántos quieren que sus hijos tengan fortaleza interna? y para eso ese hijo necesita tener tolerancia a la frustración, o sea hay cosas que no te salen como vos querés, pero no te vas a morir porque no te salgan como vos querés y es tan importante porque un hijo que no tiene tolerancia a la frustración, es ese hijo que no acepta un no, es ese hijo que vos le decís: esto no, y se tira en el piso, te va a seguir pidiendo, o sino como no soporta el no, si es un adolescente joven va a buscar alguna droga para poder soportar ese no. Necesitamos enseñarles a nuestros hijos a tolerar la frustración.
¿Cómo se les enseña? enseñándoles que no pasa nada si se sienten mal por un tiempo, me voy a morir si no me das esto, como voy a hacer, no lo voy a poder lograr, yo nunca voy a salir adelante, enseñarles que no pasa nada si se sienten mal por un tiempo, eso que no tenés, no te vas a morir por no tenerlo. ¿Cuántas saben de estas situaciones cuando los hijos se encaprichan? no te vas a morir y yo no voy a tener culpa por no darte eso que me estás pidiendo. Porque el gran problema es que a veces los hijos no tienen tolerancia a la frustración, pero nosotras como mamás tampoco tenemos tolerancia a la frustración y no soportamos no darle algo a nuestros hijos, y nos agarra culpa cuando no le damos algo y tenemos que entender que no nos vamos a morir por no recibir algo, o por no darles algo. ¿Cuántos no tuvieron de todo en su vida? y estás acá y conocés al Señor y amás al Señor y todo lo que hagas sabés que te va a salir bien.
La palabra de Dios dice: "todo lo que hagas te saldrá bien", y eso es lo que le tenemos que enseñar a nuestros hijos, que en medio de la frustración ellos tienen que hacer algo para que la frustración no se transforme en fracaso, o sea, hay algo que ellos tienen que hacer, el gran problema es que nuestros hijos a veces quieren un montón de cosas, pero quieren que se los demos nosotras y no quieren hacer nada para que les vaya bien, todo lo que hagas en la vida te va a salir bien, lo que hagas, no lo que no hagas, por eso hay que hacer.
¿Cómo se sale de esa frustración? haciendo algo diferente, no me salió por este lado, no lo recibí de esta manera, las cosas no se dan como yo quería, yo quería tener este par de zapatillas pero no me lo pueden comprar en casa, no importa, yo voy a ver que puedo hacer para más adelante, tal vez tener ese par de zapatillas, o sino tengo éste, saber que hoy sí puedo tener éste, enseñarles a los hijos que no se van a morir por no tener algo y que hay recompensas en la vida que son a largo plazo, no todo en la vida es ya, no todo en la vida es ahora, y eso se los tenemos que enseñar a nuestros hijos, porque nuestros hijos viven en un mundo donde todo es ya, donde todo sucede ahora y ellos nos piden las cosas y quieren todo ahora, y hay que enseñarles que hay recompensas que vienen en la vida, que son a largo plazo, que sí, las van a tener, pero primero deberán pasar por un proceso.
Por eso, a nuestros hijos les vamos a enseñar la tolerancia a la frustración, ayudándoles a cambiar las frases que se repiten a si mismos cuando no tienen algo, o cuando las cosas no se le dan como querían ellos, dicen ¿por qué me pasa a mi?, esto no debería ser así, esto no puede estar pasándome a mi, porque soy el único que no tiene esto y vieron esas generalizaciones que usan los hijos para hacernos sentir culpables a nosotras, soy el único del curso que no tiene tal cosa, soy la única que todavía no fue a tal lugar, soy la única que todavía no pudo tener esa ropa para ir al cumpleaños de quince y esas generalizaciones las usan para que nos sintamos culpables y en realidad están expresando que no tienen tolerancia a la frustración, hay que enseñarles a nuestros hijos que el no, no los va a matar. El no, nos los va a matar, amén. Tenemos que enseñarles que no hay que hacer cosas fáciles para eliminar la incomodidad, porque hay chicos que cuando reciben el no, hacen lo fácil para obtener eso que quieren, y muchas veces eso fácil que hacen es negativo para ellos. Bueno, no tengo felicidad ya sé como me voy a conseguir la felicidad y van y se drogan, porque quieren lo fácil para obtener eso difícil, entonces hay que enseñarles a nuestros hijos a aceptar el no, no tengas culpa mamá o papá cuando le tengas que decir no a tus hijos, no es que le vas a decir todo que no, pero hay momentos que el no tiene que ser con seguridad, y tenés que enseñarle a tu hijo y saber vos, que con decirles que no, no se van a morir.
Lo primero que vas a desarrollar en tus hijos es tolerancia a la frustración.
¿Cuántos toleraron frustración en la vida? ¿A cuántos las cosas no le salieron como querían? a un montón, porque es: todo lo que hagas te va a salir bien, lo que hagas, recibí la frustración, no me salieron las cosas como quería pero yo seguí haciendo. Gloria a Dios
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¿Que es lo segundo que le tenemos que enseñar a nuestros hijos? Disciplina.
Yo estuve leyendo tanto material para hablar de este tema, que llegó un momento que decía no puedo creer lo que se enseña en algunos lugares, donde confunden la disciplina con castigo. Disciplina no es igual que castigo, disciplina siempre nace del amor, castigo nace de la ira o de la justicia, pero disciplina nace del amor, cuando en la Biblia dice que Dios disciplina a sus hijos, es que Dios lo hace a través del amor, no es que Dios te castiga, y hay gente que confunde y lo confunde con sus hijos, disciplina con castigo, pero nosotros tenemos que aprender a enseñarles disciplina a nuestros hijos, la disciplina es la parte mas importante del éxito. ¿Cuántos quieren tener hijos exitosos? tenés que disciplinarlos, un hijo que no tiene disciplina no va a poder llegar al éxito.
¿Qué es la disciplina? en todo sueño que todos tenemos, hay una parte que nos gusta y hay una parte que no nos gusta, hay una parte que nos es cómoda realizar en ese sueño, lo que nos gusta del sueño y hay una parte que no nos gusta y ¿cómo podemos enfrentar la que no nos gusta? porque la que nos gusta la hacemos con pasión, con ganas, vamos, damos todo por eso, pero lo que no nos gusta de esa parte del sueño, si no lo enfrentamos no vamos a poder cumplir el sueño. ¿Y cómo se enfrenta esa parte que no nos gusta? con disciplina. A mi me encanta ir a dar charlas a todos los lugares, lo que no me gusta es tener que viajar tanto, yo me agoto con los viajes, con la burocracia de hacer los trámites para tomar el avión y lo que hay que esperar, para ir ahora a Caleta Olivia el avión se atrasó como tres horas, tuvimos que hacer una fila, parados durante tres horas y ver cuando era que iba a salir el avión, viajar y después llegar al lugar y moverse con auto hasta otro lugar, esas cosas me agotan, yo llego al lugar agotada, y como viajo generalmente, voy a la mañana y vuelvo a la noche, eso es doble y esa parte no me gusta, a mi encantaría poder dar una charla e irme volando y no tener que hacer todo eso, pero sin embargo lo hago, porque he aprendido disciplina. Yo sé que no puedo hacer una cosa sin la otra, he necesitado tener disciplina y para tener disciplina, sé que me tengo que regular en ciertas cosas para llegar al lugar y dar la charla con todas las fuerzas y las energías, te tienen de un lado para el otro, por ejemplo, pido: por favor, no quiero ir a comer con nadie, no quiero ir a desayunar con nadie, no quiero esto, no quiero lo otro, quiero esto, porque para tener disciplina y llegar al lugar y poder dar todo lo que las mujeres están esperando en el lugar y no fallarle a nadie, yo me he tenido que poner disciplina, y a nuestros hijos, si quieren alcanzar un sueño, tenemos que enseñarles que tienen que tener disciplina. vos querés hacer una dieta y llegar a buen término, sabés que tenés que respetar y tener una disciplina en lo que vas a comer y una disciplina en hacer ejercicios, pero si vos empezás y lo hacés dos días y después no lo hacés más, la disciplina no ha aparecido en tu vida, por eso decís ¿cómo puede ser que nunca logre vencer esta situación? esa situación que no logras vencer es porque no hay disciplina y a veces nos cuesta disciplinar a nuestros hijos porque no tenemos disciplina nosotros, generalmente hay un área en nuestra vida en la que estamos fallando porque no hay disciplina. Si yo no tengo disciplina, voy a dejar todo por la mitad, si yo no le enseño a mis hijos a tener disciplina, mis hijos van a dejar todo por la mitad, al primer problema que tengan van a largar todo, al primer conflicto, a la primer dificultad, a la primer cosa difícil que tengan que enfrentar, como no les enseñamos disciplina van a largar todo, por eso hay que enseñarles a los hijos disciplina.
Esto es lo que Dios le dijo a Josué, le dijo: esfuérzate y sé valiente, ¿qué es esforzarse? es disciplina, porque la disciplina es esforzarse para conseguir un fin, si yo quiero conseguir algo en la vida yo me tengo que esforzar, eso es disciplina y Dios le dijo esfuérzate Josué, tenés que ser disciplinado si querés lograr la meta, sino no vas a poder lograr la meta y sé valiente, ¿qué es ser valiente? tolerar la frustración. Hay momentos que las cosas no se te van a dar como te imaginás Josué, hay momentos en que la gente que te acompaña, no te va a acompañar, te va a querer apedrear, así que Josué, tenés que tener disciplina y tenés que tener tolerancia a la frustración, esfuérzate y sé valiente. Esas son las dos cosas que le deberíamos decir a nuestros hijos cuando se van a la mañana de casa para la facultad, para la secundaria, para el trabajo, querido hijo, esfuérzate y sé valiente. Gloria a Dios.
¿Como viene la disciplina? la disciplina viene a través de reglas, yo tengo que poner reglas, porque el problema es que a veces los papás no sabemos qué reglas poner en casa, es todo tan desastroso, tenemos la vida tan desastrosa que no sabemos, yo leo los correos y me dicen las mujeres que están con depresión, no puedo poner orden en mi casa, qué les voy a decir a mis hijos, ellos entran y salen cuando quieren, no hay reglas ¿que pasaría si salís con el auto a la calle y no respetás las normas de transito? Chocás, podés matar a alguien o matarte, por eso hay reglas en la calle, para que haya orden, sino el tránsito sería un desorden ¿qué pasa si el piloto del avión, se sube al avión y en vez de esperar la orden que dice: ahora puede despegar, despega cuando se le da la gana? que sería eso, un desastre, un caos, un desorden, y tal vez tu casa sea un caos, un desorden, porque no hay reglas establecidas y vos tenés que establecer reglas. Eso trae la disciplina, el problema es que una casa sin reglas es una casa que tiene un gran caos, porque muchas veces hay reglas puestas, pero esas reglas dependen del estado de ánimo de los padres, se cumplen o no, de acuerdo a como estén los padres. El padre dijo, vas a volver a las doce de la noche, esa es al regla en casa, pero si el padre llega un día borracho y el hijo le dice, papá puedo venir a las dos, como el padre está borracho no se da cuenta de nada, lo deja a venir a cualquier hora, ese chico ya sabe que puede quebrantar las reglas cuando quiere, ese chico no va a tener disciplina, por lo menos en esa área de su vida. Si la mamá dice: no, hoy estoy mal, hagan lo que quieran, no me hablen, entonces de acuerdo al estado de ánimo, la mamá respeta la disciplina que ella misma puso o no, si estoy bien se respeta, si estoy mal no se respeta, o al revés, hoy estoy loca, nerviosa, no va a salir ninguno, si la regla va a depender del estado de ánimo de los padres eso va a provocar un desorden en la casa, los chicos van a saber cómo quebrantar esa regla y nunca van a tener disciplina. Si un hijo tiene reglas desde chiquito, no estoy hablando de autoritarismo, estoy hablando de ciertas reglas y ¿dónde hay que poner reglas? ¿saben donde no hay una regla?, cuando hay pelea, ese tema por el que peleás ¿sabés por qué te peleás? porque no hay una regla puesta en casa ¿cuál es el tema que siempre te peleás en casa? que no arreglan el cuarto, que llegan tarde, que no hablan, que no escuchan, porque no hay una regla, y ahí vas a tener que empezar a poner una regla. Miren, no quiero pelear más por este tema, de este tema no vamos a hablar más, acá en casa no vamos a pelear más, porque desde ahora las cosas se van a hacer de esta manera y esa regla la mantenés, no importa el estado de ánimo, no importa que estés borracha, o que estés cuerda, pero la regla se mantiene. Amén.
Te estoy dando algo práctico. No tengas miedo en poner una regla, no le tengas miedo mamá a tus hijos, tus hijos están necesitando una regla, porque cuando vos le ponés disciplina desde chicos, cuando son grandes ellos van a saber discernir cuales son las reglas que sí hay que respetar y cuáles son las reglas que alguien les quiere poner, pero en realidad no son beneficiosas para ellos. Una nena que desde chiquita sabe que reglas tiene que obedecer, cuando sea grande no va a obedecer a cualquier tonto que venga a decirle vos a mi me tenés que obedecer, porque yo soy el hombre, no, porque si nosotros somos sabios en poner reglas, que sean reglas que los cuiden, ellos van a saber cuáles son las reglas que los cuidan y cuáles son las reglas que los están lastimando, y van a obedecer reglas que los cuiden pero van a desobedecer aquellas que no le sirven para su vida y eso le tenemos que enseñar a nuestros hijos. ¿Cuántos les dicen a sus hijos que se tienen que lavar los dientes a la mañana? muy pocos, esa tiene que ser una regla, vos sabés que eso es para cuidarte, que eso no le hace mal y no tenés que esperar, me grita, no importa, vas y te lavás los dientes, yo sé que es así porque yo también tengo hijos en esa edad, pero vos tenés que mantener la regla, eso es disciplina, para eso estamos los papás, para ponerle orden en su desorden, porque están creciendo, aunque tenga veinte años, si está en tu casa, seguí poniéndoles las reglas, en casa las cosas se hacen de esta manera. Gracias Señor por darnos la oportunidad de criar hijos felices.
La pelea viene cuando no hay una regla ¿cuál es el motivo de pelea constante? poné una regla y no discutas más, esto se hace así, acá nos ponemos de esta manera, nunca la regla tiene que ser a través de la ira, la regla, la disciplina se pone siempre a través del amor, se lo vas a explicar con las palabras mas amorosas que encuentres, pero se lo vas a explicar porque los chicos también necesitan explicación, los hijos necesitan que les expliquemos, por qué esto no y por qué esto sí, los hijos no quieren, ¡no! porque ¡no!, los hijos quieren ¡no! con explicación, y está muy bien, porque ellos se van a acostumbrar a pedir explicación por todas las cosas en su vida y no aceptarlas porque si, esa es la formación que nosotras le tenemos que dar a nuestros hijos.
Hebreos 12:5 " que no menospreciemos la disciplina del Señor", ¿qué es menospreciar? es no darle importancia, es ignorar la disciplina del Señor y a veces nuestros hijos no le dan importancia a nuestra disciplina la ignoran ¿qué quiere decir que la ignoran? que saben que no hay mamá para poner disciplina, que le resbaló la disciplina que le pusiste porque no usaste autoridad para ponerla, y hay veces que a nuestros hijos les resbala nuestra disciplina, la ignoran, le dan vuelta la cara y nuestros hijos tienen que saber con las reglas, que la mano de mamá está allí, allí hay mamá y cuando hay mamá, mamá pone reglas para ordenar todo en casa, amén. Eso es saber que mi hijo no puede darme vuelta la cara, saber que hay mamá en casa y mamá es la que pone las reglas, amén.
No que las ponga mi marido, no, vos también. Se tienen que poner de acuerdo los dos para la regla, no decir uno una cosa y otro otra, pero tiene que haber mamá, dice Salmo 23: "tu vara y tu cayado me infundirán aliento", la vara no es para pegar, pero le das unas nalgaditas que no le duele, nunca, nunca trates a un hijo con violencia, porque después o va a aceptar violencia o va a ser violento. Vara no es para pegar, todos los que tienen ese concepto y yo sé que me van a venir con ruegos, no me importa, yo estoy enseñando a Presencia de Dios, Presencia de Dios no usa vara, no le pega a los hijos, no tenés que pegarle a tus hijos, no, tus hijos no tienen que recibir golpes, ni palabras que le duelan, disciplina es a través del amor, no a través de la ira, amén. Gloria a Dios.
Es poner reglas, tu vara y tu cayado es la manera en que te conducís, es tu guía, dos herramientas que usa el Señor para conducir a sus hijos, vara y cayado eran la manera de guiar a los rebaños, era la manera de decir, vengan por este lado yo los voy a estar llevando guiando, eso es vara y cayado, no es golpe. Querida mamá, he escuchado cantidad de chicos diciendo: mamá vive pegando, papá saca el cinturón y me pega, esos chicos crecen con heridas emocionales fuertísimas, que después van a tener que invertir mucho tiempo de su vida, que lo podrían invertir en el éxito y en los sueños, para sanar esas heridas, por eso no le pegues, no golpees a tus hijos, no me iba a detener en esto, pero me detengo porque el Espíritu Santo está hablando en algunos corazones, no hay que pegarles a los hijos, la casa para los hijos tiene que ser un lugar de refugio, de amor y de contención de todo lo que viven afuera, llegar a casa y que sea el mejor lugar estar en casa, con mamá, es lo mas lindo que me puede pasar. Amén, gloria a Dios.

Les vamos a enseñar a nuestros hijos tolerancia a la frustración y disciplina. Hijito, hay cosas que no siempre van a salir como vos querés, pero vos no te preocupes, no te vas a morir porque no lo tengas, pero tenés la capacidad para salir de esa situación y más adelante seguramente, lo vas a poder conseguir y si no es de esta manera será de la otra, pero en algún momento las cosas vendrán a tu vida si te manejas con sabiduría, y en segundo lugar disciplina, hay reglas en el mundo, no podés hacer lo que quieras, porque si no tenés reglas, después ¿cómo respetás las reglas sociales? por eso tenemos tantos hijos que están presos, porque no supieron respetar la norma social, no pueden respetar a un policía, no pueden respetar a alguien con autoridad, están en un trabajo y renuncian veinte mil veces, porque no pueden tener un jefe, porque no saben lo que es aceptar la orden de un jefe, es que nunca han tenido reglas en casa, cuando los estamos formando con disciplina los formamos para su presente y para su futuro. Eso es importante, pero nunca con violencia. Tolerancia a la frustración y disciplina.
Por último tenemos que restaurarles la alegría a nuestros hijos. Hay hijos que están muy tristes, hay hijos que están viviendo opresión emocional, están tristes, se divierten mal, porque la diversión que tienen es culpa, no es diversión total, lo que hacen, que parece que es disfrute, les trae culpa, por eso son hijos tristes, tenemos hijos tristes en casas tristes con hijos hiper-exigidos, con hijos que no saben hacia donde ir, con hijos que no saben que hacer de su vida, que no saben que decisiones tomar en su vida, que no tienen sueños.
Leí un correo de una mujer que me dice, mi hijo es protagonista de todo mi sufrir, porque los hijos nos ven todo el tiempo, los hijos nos están mirando todo el tiempo y ven nuestra cara y ven nuestras luchas y ven como resolvemos nuestras luchas, por eso necesitamos restaurar la alegría en casa. Nuestros hijos nos miran y sacan como conclusión cual es el Dios que tenemos, cuando nuestros hijos nos miran dicen: a ver el Dios que tiene mamá, ¿qué imagen de Dios tiene tu hijo? es de acuerdo como te ve a vos ¿tenés un Dios de poder? la imagen de un Dios que es poderoso, te trae alegría. Dios ¿te trajo transformación, cambios, o seguís siendo la misma loca de siempre, la misma depresiva de siempre, la misma histérica, la misma infantil e inmadura?, ¿cuál es el Dios que están viendo tus hijos? porque los hijos siempre nos están mirando, por eso tenemos que aprender a hacer fiesta en casa, ¿se acuerdan las fiestas familiares? ¿cuántas tuvieron fiestas en la casa? siempre había fiesta, algunos pueden recordar las fiestas como un mal momento y otros como un buen momento, porque tal vez parecía muy linda la fiesta, pero siempre terminaba borracho alguno, el otro peleaba con el otro familiar, salían a la calle, se peleaban, la fiesta para vos no es un buen recuerdo, pero hay otra gente que tiene fiestas en su infancia y que las recuerda como los momentos más lindos, y nosotros tenemos que volver a restaurar las fiestas familiares, amén. Tiene que volver a haber fiesta en tu casa, tus hijos tienen que volver a vivir fiesta. Lo quiero.
Las fiestas transmiten muchas cosas, transmiten amor, respeto, transmiten buenos recuerdos vos tenés que formarle a tus hijos lindos recuerdos, para que cuando se vayan de tu casa, cuando sean grandes, ellos puedan recordar cosas buenas de tu casa, y vos tenés que armarle esos buenos recuerdos, esos buenos momentos, vos tenés que separar un tiempo y decir, este día o esta semana o en este momento, voy a hacer un momento memorable para mis hijos, que sea un tiempo de fiesta, le voy a transmitir en esta fiesta amor, respeto, buenos recuerdos, lazos fuertes, vamos a compartir, no importa que papá no esté, no importa que la abuela ya no esté, no importa que ese hermanito o hermanita no esté, los que somos seguimos siendo la familia, vamos a hacer fiesta, va a volver a haber fiesta en casa.
Te pregunto lo siguiente: ¿hace cuánto que no se festeja algo en tu casa? No, decís, ya sé si el cumpleaños, si ese casamiento que hubo, si las navidades, pero tal vez sean fiestas vacías que a tus hijos no les provocan nada, al contrario, pero quiero ir a la casa de papá y después a la de mamá, porque no estamos juntos, me separo un día acá y tal vez no le provoque nada bueno, son fiestas vacías, vos tenés que provocar tu propia fiesta en tu casa con los que son, con los que están, hacer que ese momento sea el recuerdo precioso, sembrar esos recuerdos preciosos a nuestros hijos en su mente, para que cuando sean grandes digan como el hijo pródigo, volveré a la casa de papá, porque en la casa de papá siempre hay bendición y provisión para mi vida.
¿Por qué dejaste de festejar en tu casa?, ¿qué es lo que ocurrió que la fiestas ya no son fiestas?, ¿qué pasó? un problema económico, no tengo plata pastora, ¿qué paso, se murió alguien en casa y se instaló la tristeza y ya no hay fiesta y todo es oscuro y tenemos hijos tristes? hijos que absorben todo el dolor de la casa, toda la frustración de los padres, toda la angustia de sus padres, hijos que nacen y se crían en tristezas, en dolor, en desesperación, en muerte, todo es gris ¿Cuándo se dejó de festejar en tu casa para transmitir amor, respeto, buenos recuerdos, lazos fuertes? ¿Cuándo? ¿Cuándo dejaste de mirar fotos que te traigan buenos recuerdos o de sacar fotos que dejen buenos recuerdos, o mirás la abuela que no está, la tía que se fue, papá que no está? Buenos recuerdos.
El pueblo de Dios siempre fue un pueblo de fiestas, muchas de esas fiestas, Dios les decía que tenían que hacerlas, porque Dios es un Dios de fiestas, a Dios le encantan las fiestas, cuando envía a Jesús, primero lo mandó a hacer un milagro en una fiesta, porque a Dios le encantan las fiestas. Cada acto poderoso de Dios era celebrado con una fiesta, cuando Dios hacía algo poderoso en el pueblo, se cerraba eso con una fiesta ¿hace cuánto que no hacés una fiesta por algo que Dios hizo en tu vida, por algo que Dios hizo en la vida de tu hijo, por algo que Dios hizo en la vida de tu pareja? ¿Hace cuanto que no hacés una fiesta por algo que Dios hizo en tu vida económica? ¿Hace cuanto? porque cada vez que hay un hecho poderoso de Dios, tenés que aprender a hacer fiesta y compartir esa fiesta con todos los tuyos, ¿y por qué es esta fiesta?, es que Dios me dio bendición y acá en casa se hace fiesta.
Tenés que empezar a hacer fiesta, necesitás restaurar la alegría en tu casa, pero decidís, mis hijos se divierten con sus amigos afuera, no, no, no te estoy hablando de que se diviertan afuera, te estoy hablando que se diviertan en casa, que nuestra casa sea un lugar de fiesta, que llegar a casa sea un placer, que sea lindo llegar a casa, no ver una mamá cansada, una mamá quejosa, una mamá aburrida, una mamá que no sabe que hacer con su vida, una mamá que no tiene Dios, un papá que está todo el día borracho, un papá que está todo el día enojado, un papá que está todo el día tirado en la cama mirando televisión, no, los hijos tienen que entrar en casa y mi casa tiene que ser una fiesta para ellos, porque Dios está presente ahí. En las fiestas que se hacían en la antigüedad se festejaba lo que había pasado, lo que Dios estaba haciendo, y lo que Dios iba a hacer, o sea la fiestas eran proféticas, también decían lo que Dios iba a hacer, pero cuando se festejaba algo, no solamente se profetizaba lo que iba a ocurrir, sino que en esa misma fiesta se vivía lo que iba a ocurrir, o sea, si era una fiesta de bendición económica, se vivía en esa misma fiesta, en eso siete días que tal vez duraba la fiesta, la bendición económica, en la misma fiesta, o sea que cuando vos hagas fiesta en tu casa, no solo vas a agradecer por lo que Dios hizo, no solo vas a profetizar lo que Dios va a seguir haciendo, sino que vas a vivir en ese día de fiesta la bendición que Dios te ha prometido, santo.
Pero decís ¿con qué plata voy a hacer una fiesta? Si en el desierto ellos pudieron hacer fiesta, como vos no vas a poder hacer fiesta, hay que proponérselo, proponete hacer una fiesta y cuando tus hijos te pregunten ¿qué estamos festejando?, contale un milagro que Dios hizo, contale una proeza de Dios y decile, estamos festejando lo que Dios nos va a dar hoy, y lo que Dios nos va a dar mañana, enséñale a tus hijos que la vida es una fiesta.
Vamos a escuchar una canción que me encantó, que hizo Montaner, que la vida es una fiesta, este hombre instaló esa canción, es un hijo de Dios y él está enseñando que nosotros, los hijos de Dios, somos los mejores para saber que la vida es una fiesta. Vamos a hacer fiesta en este lugar, amén, gloria.
¿Cuántas van a llevar esa felicidad a casa? gloria a Dios. Vas a pensar el nombre de la próxima fiesta que vas a hacer en tu casa, no, hoy tengo un cumpleaños de quince, no, tengo un casamiento, no, la abuela, tampoco, treinta años de matrimonio, no, vas festejar el milagro que Dios te va a hacer con globos y todo en tu casa, amén.

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